Desmoronarse, colapsar, verse arrastrado inexorablemente a una situación desastrosa, una especie de ruina...
Como la destrucción de un edificio que se cae por sí solo o del hombre que se arruina por su voluntad depravada, es la pérdida del honor, del crédito, del poder, de la vida, etc. *** Si algún vestigio de las artes asiáticas merece un poco nuestra curiosidad, son las ruinas de Persépolis y cerca del Líbano estaba Heliópolis, llamada así por Baalbeck, aún famosa por sus ruinas. |
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Doctora E. Graciela Pioton-Cimetti
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A este año 2022 voy a empezar a, voy a ser a, voy a leer a, voy a preparar a, voy
a visitar a, voy a comer a, voy a intentar a, voy a darme el capricho y mejorar y voy
a disfrutar de las cosas de la vida.
«Cuando estamos dormidos, a veces necesitamos de un golpe fuerte o de una perdida para despertar, para lanzarnos a hacer aquello que en un estado de paz no nos atrevíamos a hacer» (Walt Whitman). Y Buda dice: «cuida cada momento y cuidaras todo el tiempo». Cuando el navegante comienza el viaje. Prepara su barca, estudia su ruta, planea su itinerario y el marinero no puede saber más. No puede saber si las tormentas van a ruinar el barco. Y entonces el marinero zarpa. Un poema japonés: «Disfruta plenamente, en esos momentos que desaparecen el pasado y el futuro porque hoy estás aquí. Estás aquí y ahora». El que vive en el pasado, vive deprimido. El que vive en el futuro, vive estresado. El que vive en el presente, vive en paz. Por último, volvemos al Buda: «La meditación trae sabiduría, la falta de meditación, ignorancia. Conoce bien que te conduce hacia delante y que te mantiene atrás, y elige el camino que conduce a la sabiduría». Por último, afirmo: «nunca te rindas a veces la ultima llave es la que abre la puerta». |
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Doctora E. Graciela Pioton-Cimetti
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Eduardo Baleani, maestro de grado, sociólogo
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Hace escasos días, en un encuentro con un viejo amigo, me
planteó como tema recurrente la situación actual, como
decadente, con falta de valores reales que ayuden a vivir, y con una
tecnología que a esta altura no sabemos si está para
ayudarnos o para complicarnos todo.
Me pareció oportuno recordarle que si él se estaba dando cuenta de esto, como muchas otras personas lo están haciendo después de los acontecimientos que sucedieron a nivel mundial, eso significaba que nos aproximamos a una nueva puerta que deberíamos atravesar. Le recordé que hace cincuenta años, no se planteaba duda sobre los beneficios de la tecnología y hasta se asignaba esperanzas de que la ciencia nos aportara conocimiento sobre el sentido de la vida y pudiera de una vez por todas destronar la infinita cantidad de creencias religiosas que se despliegan a través del mundo. Hoy todo parece haber retrocedido y hasta se podría decir que estamos peor que antes. ¿Cuál de las dos posturas es la que nos impulsa al cambio?. Sin duda que la de la duda. El conformismo en confiar en la ciencia nos quitó el poder de pensar por cuenta propia, “si lo dice un científico debe ser cierto”. Pero hoy nos damos cuenta que no es así. Un científico dice una cosa y otro dice otra. Y esto coincide con las posturas cuánticas de analizar los procesos desde diferentes visiones y tener muy en cuenta al sujeto de la observación. Hasta se podría decir que las cosas pueden fehacientemente ser de una forma y también de otra al mismo tiempo (como la naturaleza de la luz). ¿Estamos en una situación ruinosa o estuvimos peor en el pasado? Este comentario me hizo acordar a las publicidades de cigarrillos en la que los médicos recomendaban fumar… Tantas cosas nos recomendaron y fueron fallidas en las últimas décadas que si le prestáramos un poco de atención nos daríamos cuenta de la falsedad y falta de seriedad de la ciencia. Armas de destrucción masiva son producidas por la ciencia, con la justificación de que son para mantener la paz. Absurda estupidez. Para mantener la paz hay que fabricar alimentos y medicinas, no armas. Pero la gran mayoría se fue acostumbrando a escuchar sinsentidos como ese. En la actualidad hay muchas posturas de esta decadente ciencia respecto a esta falsa pandemia que está sucediendo. Otro de los sectores más respetados, sin ningún fundamento son los medios de comunicación masivos y la prensa. Se cree todo lo que ellos dicen. Nadie cuestiona ni duda de sus afirmaciones. Parece que nadie recuerda la transmisión radial de los años treinta donde una novela de ficción de Orson Welles describía un ataque extraterrestre y muchos creyeron que era realidad. Hoy pasa igual, se les cree a unos tipos que por el solo hecho de salir por los medios, tienen atribuciones de veracidad infundadas. ¿Estamos en ruina, o estamos despertando de tanta mentira? Hasta no hace mucho, en los medios cuando se producía una catástrofe, había un poco más de consideración en tratar el tema de los muertos. Hoy parece una postura oficial, repetir hasta el cansancio la cantidad de ellos a causa de esta pandemia mundial (de entupidos que se la creen). Lamento que estemos divididos viviendo mundos diferentes: los que no les creemos nada a los gobernantes, periodistas, científicos y otros mentirosos y los que les creen todo. Nos han enfrentado en una guerra entre nosotros para que no los ataquemos a ellos, los que planearon todo este descalabro. Pero de la ruina muchos resurgen, como el ave Fénix, y pronto la verdad va a estar demasiado evidente para algunos, y para otros es probable que nunca la lleguen a ver. El tiempo y el proceso en el que vive el planeta van a provocar muchos cambios, en muy poco tiempo, y los resultados ya están a la vista. Ruina, si, para algunos, para otros una nueva humanidad… |
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Licenciado Alejandro Giosa
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Es impensable no asociar la palabra ruina con la quiebra
económica, sin embargo,
vamos a darle ahora un tono más existencial.
Hemos
sido entrenados (y digo entrenados porque lo nuestro no es
educación, ya que no
conduce a la verdad) para tener éxito y este relacionado
siempre con los logros
profesionales, conformar una buena familia y poseer cosas de gran
calidad y
alto costo. Hasta
hace muy poco la regla suponía que a determinadas conductas
les cabía el
suceso, mientras que otras llevaban al fracaso. Generalmente ligadas a
lo moral
y al concepto mal conocido como “karma”. Con
el tiempo un comportamiento que hubiera sido catalogado entre las
enfermedades
sociales, se convirtió en la clave de la fama: me refiero a
la codicia o
ambición desmedida. Resultados
siempre resultados, sin prestar atención al precio. Mientras
que conducir un auto de lujo correspondía con tener un buen
empleo bien pagado,
en el presente se lo asocia más con las actividades
delictivas. En
verdad, cuando se pierde el lenguaje comercial (esto es decir la verdad
durante
la venta) y los negocios ilícitos son mas exitosos que los
legales, la sociedad
se precipita rápidamente hacia su ruina. La
corrupción primero en los negocios, luego en la
política, siguiendo con las
instituciones que deberían proteger al ciudadano, pasando
por la religión, la
salud y la educación, para cubrir a toda actividad humana,
haciendo imposible
la supervivencia en un marco de decencia, es la verdadera ruina. Luego
viene la individual, cuando el hombre pierde motivación para
seguir existiendo. La
codicia lleva a determinados grupos a apretar cada vez más a
los que están en
la base de la pirámide de producción
(¿o debiera decir alimenticia?), a
hacerles difícil la vida, afectando desde la comida, hasta
la vivienda. Ya
no bregamos con un trabajo que nos permita vestirnos, educarnos, salir
de
vacaciones, etc. los trabajos apenas brindan una flaca esperanza de que
mañana
las cosas cambien. La
ruina individual conlleva a la desesperación y a la renuncia
de todos los
valores morales. La traición de los dioses (los que dirigen)
destruyen la
pirámide social y nos lleva al caos. Como
ultimo segmento, la ruina desata la violencia, que primero
destacará entre los
iguales: el ciudadano común y ascenderá hacia las
fuentes de codicia, sólo muy
al final del proceso. En
la ciudad donde vivo, otrora fuente de trabajo universal, he comenzado
a ver
los terrenos públicos cubiertos de tiendas que albergan
familias. Como ya ha
sucedido antes en California y Paris. Las
filas para recibir comida son diarias. El trabajo escasea y esta mal
pagado.
Empleos que pagaban 35 dólares la hora hace 20
años, hoy a duras penas pagan 11
dólares y las jornadas son también reducidas. La
ruina ha llegado, no para quedarse, sino para transformarse en
violencia.
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Juan Carlos Laborde
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Las cosas materiales de creación humana parecerían que en forma progresiva pero
implacable, tienden a la degradación y la ruina.
Pero la naturaleza tiene formas que transforman esa degradación en un reciclaje permanente. Parecerían procesos opuestos, los humanos y los naturales. ¿Qué está haciendo mal el hombre para que lo que construye, caiga en ruinas y se destruya de la forma como se caen las casas, artefactos, vehículos, y todo lo que el ser humano construye? Si bien un árbol puede caerse, al cabo de poco tiempo el bosque queda inmaculado como siempre está. Después de la lluvia, algunos seres pueden morir, pero otros nacen y todo sigue impecable. Pero parece que todo lo que se degrada, de lo creado por el hombre, termina siendo un estorbo, una basura, muchas veces difícil de degradar. ¿Podrá ser que la naturaleza goza de una sabiduría que nosotros no tenemos? ¿Es solo sabiduría? ¿O tal vez hay algo más que mantiene en armonía las cosas naturales? Como siempre habría que imitar a la naturaleza, pero no es fácil sacarle sus secretos, que están a la vista, pero también escondido para las mentes necias y cientificistas que tenemos. El hombre trata de usar su lógica para explicar los hechos naturales, pero hasta ahora solo hemos demostrado que somos muy ignorantes de los procesos naturales y su forma armónica de desarrollo. No podemos explicar a través de la razón sus procederes. La lógica no explica todo. La mente no entiende de tanta diversidad y posibilidades. ¿Estaremos en condiciones de conocer, de entender y de imitar tanta sabiduría? Creemos en los postulados de la ciencia, de la matemática y de las relaciones sociales establecidas, pero los resultados no son los esperados. Nada sale demasiado bien Es difícil plantearse que todo lo que aprendimos como sociedad está pobre de sustento. Es difícil la autocrítica, y el reconocimiento de que el camino transitado es incorrecto. Pero siempre hay esperanzas de que algo suceda y cambie la tendencia de las cosas que ya hicimos. La enseñanza es esquiva pero contundente. Lo natural y sus formas, logran una armonía que no supimos emular. Tal vez sea un buen momento, de replantearnos una nueva forma de conocimiento, de observación y de acción sobre el mundo. Que nuestras creaciones sean de la misma esencia que la de la naturaleza. Que nuestra sociedad se organice para crear bienestar y abundancia, como también se pueda sustentar en armonía en el tiempo. ¿Podrá el hombre aceptar el reto y desprenderse de la dominación del paradigma actual? Siempre los cambios están presentes y el próximo cambio tal vez nos lleve a un cambio del que podamos estar algún día orgullosos |
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Prof. Carla Manrique
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Paul Sebastián Mauch
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