Una vida que merezca ser vivida debe cumplir con ciertos requisitos.

En primer lugar, las metas propuestas deben ser acordes a la personalidad del peticionante. El carácter y personalidad del mismo debe, en segundo lugar, ser lo suficientemente adecuado para poder cumplir con la tarea que lleve a la meta. Y en tercer lugar el transito hacia su logro, debe ser apasionante para el que lo realice. Esto significa que el que emprende esa tarea debe disfrutar en recorrer su camino.

En esta tarea hay elementos que deben ser innatos al solicitante, es decir que debe cumplir con requisitos mínimos físicos y mentales que permitan cumplir con la labor. Puede ser difícil o trabajoso de acuerdo a la dotación de cualidades particulares que posea, pero eso es solo un detalle, ya que lo que importa ante todo es la motivación y las ganas de concluir en la meta.

Respecto a ésta última, su complejidad, incumbencia y conveniencia son relativamente importantes ya que es algo muy personal y juzgar una intención por su interés o prestigio cultural, sería inapropiado y hasta inoportuno de realizar por un observador externo.

Por último, en este proceso de análisis, nos quedaría tratar el tema del recorrido desde la intención a la meta. En éste descansa la mayor cantidad de posturas, estrategias, creencias, actitudes, e ideales que conviene establecer y profundizar.

En el camino es donde se producen las dificultades. Donde surgen los inconvenientes y cambios inesperados, que deben ser sorteados de la forma más conveniente y sin perder tiempo ni energías.

Es en el tránsito donde la actitud es la fuente de toda energía y vitalidad. Si la actitud es negativa los inconvenientes nos vencen y somos aniquilados en medio del camino. La derrota es de las del peor tipo. La humillación, el descrédito y la tristeza son los resultados de haber sido derrotados en esta parte del tránsito. Una vez acaecido éste o estos hechos, ya poco queda por hacer. Es el peor de los finales, porque es cuando no hay final. Todo terminó antes de tiempo. Vivir no valió la pena. Cualquier otra meta será de menor valía que la anterior y ya no sería acorde a la mayor dignidad del ser. Debería entonces conformarse con una meta de menor dignidad. El fracaso sale más seguido a cruzarse al paso del caminante. Y el caminante cada vez tiene menos ganas de seguir el tránsito.

Es lo que le ocurre a la mayoría de los seres. La vida los va esculpiendo, sacando un poco de aquí y otro poco de allá, hasta que el ser queda empobrecido y derruido, hasta que queda una vaga figura de lo que fue. El vivir puede que sea agradable pero es permanente permanencia, no tiene la frescura y la valía de una vida que merezca ser vivida. Es una vida mantenida.

Si en ese tránsito tomamos como ejemplo a alguien que tenga actitud positiva, las cosas son diferentes. Puede que ese ser tampoco llegue a la meta, pero eso no importa demasiado, como dijimos la meta es algo muy personal. Pero el tránsito sí. Eso es lo que vale.

Pueden surgir atrocidades, otros tantos cambios inesperados, sufrimientos innecesarios, y muchas otras fealdades de la vida, pero el caminante positivo, se levanta de sus caídas con una sonrisa sincera y humilde y un poco inocente y sigue adelante. Avanza porque disfruta su caminar, y se levanta porque le gusta levantarse tanto como le va empezando a gustar el caerse, porque sabe que después de una caída viene un nuevo paso mas fuerte para avanzar y una nueva esperanza y muchas nuevas metas por alcanzar. Un caminante esperanzado es un caminante implacable, indestructible que avanza por la fuerza que genera con el mismo caminar. Todo lo puede porque ya lo pudo. El caminante esperanzado surge entre sus propias cenizas una y otra vez, y avanza hasta cuando debería descansar. El ser positivo es el mejor ingrediente que le hace falta al caminante para hacer de su vida, una vida digna de ser vivida. Y para ello solo basta fijarse la meta, ser positivo y querer caminar. Las consecuencias van a ser acordes al trabajo realizado.

Licenciado Alejandro Giosa



Esta es una carta que le dedico a mi Tía, donde quiero transmitirle el gran poder que tiene los pensamientos positivos y que si los ponemos en práctica lograremos un mejor estilo de vida.

Sabemos que pensar en negativo nos enferma, angustia, daña, no soluciona nada…entonces porque perder el tiempo en ser negativo si siendo positivos podemos lograr las cosas que queremos. Hasta nos podemos auto curar.

No les parece que es el mejor remedio para nuestra vida ser positivo.

Acá les dejo la carta hecha con buenos pensamientos.

Querida Tía Isabel:

Le dedico estas palabras llenas de amor donde solo quiero transmitirle mis mejores deseos y el cariño que siento por usted.

Cuando se encontró internada ese mes, me di cuenta que para salir de esa situación había varios caminos, según los médicos, pero para mi existía solo uno, el más importante que puede hacer cualquier persona en cualquier momento y lugar y eso es pensar en positivo cada segundo de nuestras vidas en todas las situaciones, sean buenas o malas.

Yo observaba como usted le ponía fuerzas y ganas en todo momento a la situación que estaba pasando, no bajaba los brazos, aunque de a ratos se angustiaba. En esos momentos en que uno siente que todo sale mal, que cada vez hay más trabas en algo que debe ser sencillo, solo uno va poder salir al frente con el poder que poseemos: el poder del pensamiento positivo.

Ahora llegó el momento de empezar una nueva vida y para eso tiene que poner en práctica sus pensamientos positivos y vencer todos los obstáculos que pueda surgir:

Aunque sienta cansancio;
aunque un error la lastime;
aunque un negocio se quiebre;
aunque una traición la hiera;
aunque una ilusión se apague;
aunque todo parezca nada;
siempre piense en positivo.

No deje, en esta vida, de cumplir sus sueños, no deje nunca de soñar.

No se deje vencer por el desaliento.

No permita que nadie le quite el derecho de expresarse.

No abandone sus ansias de hacer de su vida algo extraordinario.

Piense que somos seres humanos llenos de posibilidades y está en nosotros elegir la correcta.

La vida es puro aprendizaje, nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Valore la belleza de las cosas simples, y también la simpleza de la belleza.

Piense que en usted está el futuro que quiere tener.

Aprenda de quienes puedan enseñarle.

No existe nadie tan sabio que no pueda aprender algo nuevo, como tampoco hombre tan pobre que no tenga algo por enseñar.

Aprenda todo lo que la vida le ofrezca, pero sobre todo aprenda a vivir.

Nunca tema, nunca baje los brazos piense que Dios siempre esta con usted.

Ahora que sabe que en sus pensamientos esta el futuro que le gustaría tener, le paso a citar las actitudes que se tiene que poner en practica todos los día.

Sonría
Aunque la vida la golpee,
Aunque no todos los amaneceres sean hermosos,
Aunque se le cierren las puertas.
Sonría siempre.

Sueñe
Porque soñar no cuesta nada y alivia sus pensamientos,
Porque quizás sus sueños puedan cumplirse,
Porque soñar la va a hacer más feliz.

Ame
Porque amar es vivir,
Porque si ama, quizás recibas amor,

Comparta
Porque al compartir uno crece,
Porque las penas, compartidas, disminuyen,
Y las alegrías se duplican.

Sea alegre
Es el don más apreciado del universo,
el más autentico,
el más espontáneo,
el único que se da sin esperar nada a cambio,
No causa daño, solo contagia de alegría a los que tienes a su lado.
La alegría la puede sanar, es el medicamento más natural que pueda existir en el universo

Sea feliz
Hoy, porque no sabe que será mañana.
Viva feliz, con los demás.
Viva feliz, aunque todo salga mal,
Mantenga el positivismo, pronto todo se resolverá.
Por eso ahora de aquí en adelante aproveche al máximo cada hora, cada día y cada época de la vida.
Así podrá mirar al futuro mejor por sus pensamientos positivos y al pasado sin tristeza.
Ame con toda su alma y el corazón esta vida que Dios le está dando.
Lo importante ahora es que usted sabe que tiene el poder de vivir mejor a través de sus pensamientos.

¿Qué vida le gustaría tener?
Yo como sobrina quiero que sea feliz, que pueda disfrutar de la vida junto a sus seres queridos y tenga mucha pero mucha salud para lograr todos sus sueños.
Quiero decirle algo especial tía y no quiero dejar pasar el tiempo ya que la vida pasa muy rápido, la quiero mucho y para mi es un ser muy pero muy importante para mi vida. Aproveche esta nueva oportunidad que le da Dios y experimente los pensamientos positivos en todas sus situaciones y vera como todo va ir fluyendo.

Prof. Carla Manrique



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