La razón es la facultad del orden.
El acto voluntario se caracteriza por la clara concepción del fin y de los medios necesarios para alcanzarlo. Hay circunstancias en que la Patria encarna valores tan elevados que, si estos valores se ven amenazados, porque se vuelve casi un absoluto. En tales casos, estos son valores sentidos por la comunidad: esta es una lucha contra la tiranía y el enemigo debe ser destruido a toda costa. |
|
Doctora E. Graciela Pioton-Cimetti
|
|
|
Doctora E. Graciela Pioton-Cimetti
|
Eduardo Baleani, maestro de grado, sociólogo
|
Parece que en los humanos existe un descontento, que muchos psicólogos creen que es original en los genes y
que establecen una tendencia a la autodestrucción o como lo llama un viejo amigo del siglo pasado, pulsión de muerte.
Por ese motivo según se explica, la tendencia a crear es parecida a la tendencia a destruir, lo que explicaría las tendencias de los hombres y de la humanidad a las peleas y las guerras. Y es cierto que en la mayoría de las personas siempre existe ese pensamiento de destrucción y en general va ligado a observar en su mundo exterior el placer por ver la destrucción del otro o la destrucción de las cosas. Es probable que como se dice en la psicología de barrio, lo que se quiera destruir es a uno mismo. Es cierto que de alguna forma se puede explicar esa tendencia, tal vez como actitud innata, o tal vez adquirida. En lo que estoy de acuerdo es que es sin duda una tendencia que signa nuestras vidas, y es difícil de no percibir en la mayoría de nosotros. Siempre alguna tendencia a la destrucción, hay. Llámese castigo, culpabilidad, deseo de morir o simplemente actos destructivos voluntarios o involuntarios, estos últimos mas comunes pero muy efectivos, causantes de muchos problemas cotidianos. Grupalmente también se observa esa tendencia a la autodestrucción, sean impuestas o no por los grupos dominantes que pretenden mantener en estado de miedo y tensión a la población para poder dominarla, pero aún así con la anuencia de la gente que acepta y apoya ese tipo de tendencias, que evidentemente vive dentro de la mayoría de los seres humanos y que genera un gozo de saber que algo va a terminar, sea su vida, la de otros o la de una población o del planeta mismo. El miedo y el placer en una misma actitud, se conjugan para generar eso si una reacción corporal que parece tiene un cierto efecto adictivo en el cuerpo, porque al igual que los amantes del boxeo, muchas personas tienen tendencia a revivir situaciones que los lleven a repetir esos procesos internos y externos. Lo curioso es que no logro detectar en los animales esas tendencias juntas combinadas. O manifiestan placer o manifiestan miedo pero juntas no las logro identificar, tal vez esté cometiendo errores de observación, pero quisiera jugar con la idea de que efectivamente los animales no complementan esas dos reacciones juntas. Podría decir algún cavernícola Darwiniano que los animales no experimentan placer por ejemplo. No creo que niegue el miedo, debería ser muy retrogrado el pseudo cientificista que niegue esas emociones en los animales, pero suponiendo o creyendo que los animales tienen sentimientos al menos de miedo y placer, creo que no se conjugan juntos en ellos. Y si fuera así, que mi hipótesis es valida y es cierto que el humano logró la capacidad de excitarse con la conjugación del miedo y el placer, entonces porque el humano lo logró y los animales no. De ultima son reacciones muy elementales en todos los animales humanos y no humanos y en ese caso los animales llevan mas tiempo que nosotros en este mundo, y lógicamente deberían haber experimentado esa súper sensación de miedo y placer juntos. Desde ya muchos viejos psicólogos dirán que se combina la pulsión de vida con la pulsión de muerte, pero esos mismos psicólogos creo que en esa teoría incluían a los animales, no se por qué observaciones lo habrán hecho, pero habrán encontrado los casos de "aparente" suicidio de algunas especies que yo no las consideraría así para justificar sus teorías descabelladas. Sin querer entrar en teorizaciones largas y espesas me da a pensar que la frustración que logra tener el ser humano en su vida, desde pequeño, se va acumulando y generando el malestar que algunos llaman espíritu destructivo o como lo nombramos anteriormente. La frustración y el desencanto con los logros pobres y efímeros que se producen en la vida son comparados por nuestra intuición que nos dice lo que realmente somos. Todos tenemos la certeza de ser algo más que carne y hueso, de ser más que los hijos de un dios que es maravilloso pero a nosotros no nos transfiere ninguna de sus maravillas. La frustración de ir a la escuela a aprender pavadas, dedicando toda una etapa maravillosa de la vida, en la que uno está proclive a aprender, a experimentar, a disfrutar a crear, y sin embargo nos la pasamos sentados en bancos rígidos que nos rigidizan el cerebro y el espíritu. Frustración de perder el tiempo en todo sentido, con gente con la que no queremos estar, con profesores que no les interesa lo que dicen y menos a nosotros y con el tiempo que pasa y pasa y no aprendemos nada que valga la pena para vivir. Como pasa en todas las organizaciones culturales, hay mucho por cuestionar, por analizar objetivamente y descartar los axiomas que nos impusieron como válidos pero no sabemos si lo son o no. Una frase puede despertar la inquietud por pensar. Mi frase hoy es "me imagino un mundo en que Y en esos puntos colocar algo diferente de lo que hoy es |
|
Licenciado Alejandro Giosa
|
A pesar que el significado que tiene la palabra hace referencia al fin del mundo, muchas veces
se utiliza para indicar el fin de algo. Y como todo lo que tiene un principio, por lo pronto, tiene un
fin, se podría decir que el apocalipsis es la parte necesaria de todos los procesos que se dan en
este mundo.
El mundo también alguna vez empezó con su territorio, con la vida, y evolucionó, hasta que llegó el hombre y empezó su decadencia. Bueno aunque no hubiera llegado el hombre igual iba a entrar alguna vez en declive, aunque seguramente no tan pronto. Y como las cosas caducan y las vidas también, habría que ser un poco más previsor en nuestras vidas para proyectar los procesos y ver dónde van a desembocar. Aunque ya sabemos que más o menos siempre terminan por el mismo lado es decir con el eclipse y el fin y la vuelta al principio. Todo lo que empieza lo hace con sacrificios a veces, con incertidumbres otras, con alegría o con miedo o muchas dudas. Mas luego, si todo va bien, puede permanecer en estados más o menos satisfactorios por un tiempo dado, pero solo pocas veces preparamos el camino para el proceso de declive, de culminación, vaya por senderos que nos sean agradables de transitar. Cuando planeamos las relaciones, los estudios, los trabajos, los viajes o lo que sea, dedicamos mucha energía a estos proyectos, y los resultados nos motivan a seguir adelante y sacrificarnos por ellos. Así mismo deberíamos programar la decadencia de las cosas así las hacemos más agradables de transitar. Muchas veces no es tarea agradable, y tal vez si se empieza a pensar antes de lo conveniente en el proceso del declive, podría frustrar lo planeado. Es deprimente pensar en dejar de hacer algo porque de cualquier manera al final será como si nunca hubiera sido hecho, es decir terminaría en la misma situación en la que se empezó. Esto me recuerda a un cuento en que un prestigioso empresario se encuentra con un pobre campesino que descansaba apoyado en un árbol al lado del rio con una cuantiosa cantidad de peces recién sacados del rio y pretendió aconsejarlo sobre su evidente trabajo de pescador, y le decía que si era tan buen pescador, podría dedicarse más tiempo a esa tarea y así podría ganar mucho más dinero y tal vez si todo seguía bien hasta podría contratar empleados, a lo que el campesino le iba respondiendo repetidamente "y para qué " y el empresario insistía, que podría comprar embarcaciones más grandes, con más tecnología y hasta podría tener en tierra un frigorífico para guardar y comercializar sus productos de acuerdo a la estación, para ganar más dinero, a lo que el campesino empecinado le repetía "y para qué ". El empresario ya no entendía mucho a este campesino, pensó que su forma de pensar era causado por su estado de pobreza, falta de alimentación adecuada o simplemente porque era un poco retardado. Entonces casi enojado le dijo "¿Como para qué?, para que así tenga en algún momento tiempo para descansar, estar con su familia, disfrutar de la vida!!!" A lo que el campesino le respondió: "y eso es lo que estoy haciendo ahora!!!" Así que la moraleja es que muchas veces nos embarcamos en proyectos que no necesitamos, ni queremos, y que sus consecuencias no cambiarían mucho nuestras vidas, y tal vez desemboquen en un apocalipsis que solo nos vuelva al estado original desde el cual partimos. Mejor sería que las cosas que hagamos dejen huella, y para bien de los nuestros o del resto de los desconocidos nuestros actos marquen trayectorias y que los apocalipsis sean memorables y recordados por todos los que se beneficiaron con ello. |
|
Prof. Carla Manrique
|