Cuando se trata de escribir acerca de alguien, de su vida, sus obras, etc., uno toma el aspecto que prefiere de acuerdo a sus gustos más íntimos. Sin duda que toda visión siempre es parcial y recorta una realidad, una integridad, y termina por crear una producción literaria, que necesariamente se aleja de lo que fueron las vivencias que pretenden relatarse.

En base a este recorte, voy a tomar los aspectos que más me impactaron de la vida de Jung de acuerdo al siguiente extracto.

Karl Gustav Jung, nació el 26 de julio de 1875, en algún lugar de Kresswil, cantón de Thurgau, Basilea, Suiza. Muchos consideran a Jung un hombre religioso, así mismo un místico, un brujo, un esoterista (eso era la última cosa que podría pasar por su cabeza).

Mas en vida, Jung siempre se negó a seguir y profesar la doctrina de su padre (pastor luterano) o cualquier otra religión confesional.

Es que Jung, se negaba a ser parte de un sistema religioso muerto.

Por eso dedicó su vida a la búsqueda, a la comprensión y a la explicación de Dios como algo vivo, concreto y experimentable, haciendo de esa su búsqueda, la base de todo su trabajo.

Las consecuencias de esa actitud, que sustentó a lo largo de toda su longeva existencia, rodearon a Jung, por un lado, del desprecio de los religiosos, creyentes y teólogos; y del otro, recibió la descalificación y el escarnio de los hombres de ciencia. Jung jamás vio inconveniente alguno en mezclar a Dios con los objetivos de la búsqueda científica ortodoxa, que no admite, de forma alguna, aspectos, realidades y fenómenos metafísicos, espirituales o transfisiológicos.

Jung afirmó que el extrovertido ego humano debe, en primer lugar, tomar plena conciencia de su propia marginación del ser antes de poder comenzar a retornar al estado de unión más íntima con el inconsciente. Hasta conscientizarnos integralmente de la inadecuación de nuestro estado de extroversión y de su insuficiencia en cuanto a nuestras necesidades espirituales más profundas, no obtendremos ninguna individualización, a través de la cual surge una personalidad más madura y amplia.

Para poder entender mejor la obra de Jung necesitamos visualizar el escenario existente en Europa en el siglo pasado. Emergiendo de la obscura alienación de la conciencia que caracterizó el siglo XIX, el redescubrimiento del inconsciente dentro de la mente humana, hizo surgir todo un mundo nuevo del espíritu delante de los ojos de generaciones pasadas. Fue precisamente en ese período de mayor obscurecimiento de la luz del espíritu en que nacieron dos pioneros del inconsciente: Sigmund Freud y Karl Gustav Jung, en 1856 y en 1875, respectivamente.

Freud era un hombre de la antigua y estrictamente materialista escuela de la ciencia, que cambió el laboratorio de biología por el arte de la curación. Por exigencias prácticas, Freud sólo podía utilizar los padrones y pensamientos de su tiempo. Por trágica e irónica idiosincrasia del destino, permaneció, él mismo, preso al dogma reduccionista y racionalista, que preservó y defendió con convicción desesperada.

Por toda la larga vida de Jung, las personas se intrigaban con las implicaciones curiosamente mágicas y esotéricas de su trabajo. Tratábase de un fenómeno hasta entonces inédito en el mundo de la intelectualidad, desde el iluminismo. Símbolos e imágenes de venerable y oscuro poder fueron sacados a relucir. Acabadas estaban las preocupaciones personalistas y mundanas del psicoanálisis anterior, con sus traumas de infancia y fantasías inmaduras, y los dioses y héroes del pasado no eran más considerados máscaras glorificadas de terrores y de lujurias infantiles. Los arquetipos surgieron de la materia prima del inconsciente colectivo: Los Dioses, una vez más, caminaban con los hombres.

La enfermedad revela una condición dividida o incompleta, y la salud, un estado de integridad espiritual. La psicología analítica comenzó a aparecer como un diálogo entre el individuo y el universo.

Las fuentes del trabajo de Jung continuaron siendo objeto de conjeturas por muchas décadas. Durante su vida, Jung veló los orígenes de su descubrimiento bajo un manto de precaución que frecuentemente se aproximaba al secreto hermético. Él afirmó, repetidas veces, que todo lo que escribía se basaba en experiencia empírica, indicando que, no obstante que gran parte de su obra pareciera esotérica y mística, él siempre se apoyaba en experiencias del campo psicológico. La mayoría de las personas entendió que eso significaba que Jung trataba muchos pacientes y que también tenía acceso a investigación práctica de muchos de sus colegas mas jóvenes, siendo sus libros sin duda, el resultado de datos colectados de esas fuentes. Había, es claro, rumores en cuanto a que era un científico realmente muy poco convencional, que se asociaba a astrólogos y religiosos. Se decía también que él tenía experiencias extrañas y ocultas, veía fantasmas y consultaba oráculos.

Fue solamente después de la muerte de Jung en 1961, y en especial después de la publicación de sus notables fragmentos autobiográficos, (Memories, Dreams and Reflections), que una corriente de revelaciones cada vez más arrojadas comenzó a surgir de sus discípulos y de las divulgaciones póstumas de notas y cartas del propio Jung. Esa multiplicidad de revelaciones mostró que, entre 1912 y 1917, Jung pasó por un extenso período de experiencias que envolvieron un enorme fluir en su conciencia a partir de fuerzas que él llamó de arquetípicas, las que, en épocas precedentes, habían sido juzgadas como divinas o demoníacas. Comentase que en ese período Jung se apartó de la mayoría de las actividades externas, con excepción de una pequeña parte de su práctica psiquiátrica. Escribió en esa época el registro de sus experiencias interiores, un total de 1330 páginas manuscritas, ilustradas por su propio puño. Las pinturas fueron hechas con pigmentos que él mismo fabricaba, según el estilo de los artistas de eras pasadas. Algunas de las más bellas pinturas y manuscritos fueron encuadernadas en cuero color bermejo y guardados en un lugar de honor entre sus pertenencias, razón del nombre con que fueron conocidos: Red Book.

De hecho, Jung no es «científico» en el sentido más estricto de la palabra hoy en uso, en la medida en que él no controló variables ni condujo pruebas cuidadosas y repetitivas. Su «ciencia» consistió en el desarrollo de un cuerpo sistematizado de conocimientos resultantes de la observación, del estudio y de los descubrimientos de principios y significados subyacentes al área de sus estudios a través de la utilización de patrones científicos de objetividad.

Tal vez sea conveniente recordar que Freud condujo gran parte de su búsqueda de modo semejante a la de Jung. Él descubrió los secretos de los sueños a través del análisis de sus propios sueños.

Jung no estaba solo en la búsqueda de la compañía de ocultistas y místicos no convencionales, porque Freud fue un ávido frecuentador de los círculos de adivinos y nutrió una importante amistad con un científico excéntrico llamado Wilhem Fliess. Somos tentados a describir a Jung como un anti-racionalista sumamente racional, en tanto Freud podría ser llamado como un racionalista muy racional. Sin embargo, ambos buscaban la misma cosa: «Más Luz» en lo que respecta a los misterios de la psique.

En 1917, Jung se vio delante del círculo de grandes escritores ocultistas de su tiempo, a ejemplo de HP Blavatsky y Rudolf Steiner. Sin embargo, decidió permanecer en el campo de la disciplina científica de su escuela, o sea, la psicología profunda, sin dejar de utilizar las 1330 páginas del revelador material arquetípico y misterioso para enriquecer su trabajo científico.

Como se podría esperar, Jung mantuvo por toda la vida un contacto constante con las formas misteriosas que inspiraron su Red Book. Su trabajo científico jamás representó un compartimiento de su existencia que fuese o pudiese ser separado de su vida profética y mística; los dos estaban intrincados e inexorablemente interrelacionados. El Jung místico guiaba e inspiraba, el Jung científico, en cuanto el médico o el psicólogo proporcionaban equilibrio y buena sensibilidad y convertir "prácticos" los mensajes de los Dioses y de los demonios arquetípicos. Tanto en objetivo como en contenido la obra constituyó un ejemplo del precioso principio de conjunción ejecutora, la unión de polaridades.

La literatura que contiene las experiencias originales de Jung en cuanto al inconsciente en el período de su gran transformación nunca fue por él colocada a disposición del público. La actitud de sus herederos parece ser, en lo mínimo, aún más reservada a ese respecto de lo que fue por el propio Jung.

Karl Jung permitió la publicación de apenas una fracción del vasto material arquetípico. Este fue escrito en corto período, entre el 15 de diciembre de 1916 y 16 de febrero de 1917. De acuerdo con declaraciones en sus fragmentos autobiográficos, Jung lo concluyó en tres noches. La producción de ese pequeño libro fue precedida por eventos extraños y estuvo repleta de fenómenos de naturaleza parapsicológica. Primero, varios hijos de Jung vieron y percibieron personalidades fantasmagóricas en la casa, en tanto él mismo sintió una atmósfera amenazadora a su entorno. Uno de ellos tuvo un sueño de tono religioso un poco amenazador envolviendo un ángel y un demonio. Entonces en una tarde de domingo la aldaba de la puerta de la entrada sonó furiosamente. Podía verse moviéndose frenéticamente, mas no había nadie a la vista que fuese responsable por el acto. Una multitud de espíritus parecía llenar la sala, en verdad la casa, y ninguno podía respirar normalmente en el vestíbulo infestado de fantasmas. El doctor Jung gritó con voz perturbada y trémula: «en nombre de Dios, ¿qué significa eso?». La respuesta vino en un coro de voces fantasmagóricas: «volvimos de Jerusalén, donde no encontramos lo que buscamos». Con esas palabras comienza el tratado que se titula en latín "Septem Sermones ad Mortuos" y entonces continúa en alemán con subtítulo Siete exhortaciones a los muertos, por Basílides de Alejandría, la ciudad donde oriente y occidente se encuentran».

De hecho Jung parece atribuir la autoría del propio documento a Basílides, sugiriendo así un elemento de mediumnidad y/o escritura automática. En ese sentido debemos recordar que por muchos siglos, fue común que autores de literatura de carácter espiritualista no asignaran sus nombres en esas obras, sino al contrario, las atribuían poéticamente a alguien que consideraban ocupar una posición superior a la suya.

Parece ser que Jung solía meditar debajo de un árbol que le era muy especial, el cual lo sobrevivió solo tres días, por efecto de un rayo.

Sería interesante replantear el significado de lo que significa "hacer ciencia" y dejar de pensar que un grupo de personas puedan decirnos cómo hacerla, con qué métodos o formas. En psicología los métodos "científicos" de acuerdo a la modalidad imperante, dejan mucho que desear en resultados. De hecho otras ciencias a las que dicho método se adaptó mejor, han avanzado muchísimo. "La unión de polaridades" puede ser un modo de hacer las cosas diferentes, y Jung parece que logró su demostración, al menos respecto a lo que él logró vivenciar.


Bibliografía:
–Stephan A. Hoeller, «La Gnosis de Jung»
–Gnosis de Fundasaw, remesas 2 y 4.
Lic. Alejandro Giosa



Desde España por el Lic. Gonzalo Enrique de Francisco Meirelles: defrancg@teleline.es

Los pasados días 23 y 24 de noviembre, HEALTHIG News estuvo presente en el "Primer Congreso Luso-galaico de Trastornos Alimenticios", celebrado en la ciudad de Vigo, Provincia de Pontevedra, España. Además de disfrutar de las lujosísimas instalaciones del Auditorio del Banco Caixa Galicia, del fantástico edificio reciclado del siglo XVIII, con fachada y paredes de piedra de un metro de ancho, pero con ascensores de vidrio tubulares e inteligentes, pudimos también conocer en qué estado se encuentra en esta zona el tratamiento de la bulimia y en particular la anorexia. Disfrutamos la arquitectura, el arte y la ciencia.

Nos llamó mucho la atención el avance de los portugueses en el tratamiento de la anorexia y la bulimia, el que se apoya fundamentalmente en:

  • Internación: Con aislamiento primero y retomando a continuación contacto controlado del mundo externo y las personas.
  • Medicación: Algo de la misma, pero no más de lo que puede solicitar a su psiquiatra quien tiene un trastorno del sueño.
  • Psicoterapia: Muy en particular psicodrama con mucho contenido psicoanalítico.
  • Contratos y compromisos: Establecer algunos de ellos con el paciente, los que el profesional tratante considere más adecuados para el caso.

    Aparentemente los portugueses con su sistema, están rompiendo todas las estadísticas en lo que son los índices de efectividad en el tratamiento de estos Trastornos Alimenticios (TA). Parece que tienen un éxito del orden del 90% en las personas que se someten a la terapia.

    Como en todos estos encuentros se transcurre mucho por los lugares comunes y por variantes de los mismos, pero siempre tenemos oportunidad, como es justo reconocerlo, de escuchar alguna reflexión nueva y positiva; y si no fuese nueva, por lo menos no escuchada anteriormente.

    Consideramos destacable los aportes del Dr. Pedro Monteiro, psiquiatra de Oporto, como también su colega, Dra. Dulce Bouça, psiquiatra especialista en trastornos alimentarios.

    También algunas inteligentes reflexiones de dos psicólogos de indudable origen rioplatense, uno de ellos el Lic. Daniel Trabazo Arias.

    Hemos decidido comentar este encuentro eligiendo el título de anorexia y bulimia debido a la razón de que la anorexia es la más grave de las patologías y la bulimia menos grave y menos deteriorante. En términos generales en la bulimia no hay adelgazamiento.

    En la clínica la anorexia aparece como un trastorno por el cual la persona comienza a disminuir sus dosis de alimentos hasta consumir cantidades, por decirlo de alguna manera, infinitesimalmente inferiores a la mínima dosis diaria necesaria para la subsistencia. El paciente en este camino de autoagresión puede llegar al punto de suprimir totalmente la ingesta, quedando imposibilitado, aunque quiera, a retomar el ritmo alimentario. La gravedad alcanzada en este punto ocasiona la muerte si el paciente no es tratado a tiempo.

    En el caso de la bulimia, si bien el tratamiento tiene sus diferencias, la persona oscila entre períodos que suprime la ingesta y períodos en los que puede ingerir hasta 2,5 veces más de alimento que ingiere una persona sana en la misma ocasión.

    La sensación de culpa y el temor a engordar rápidamente (y seguramente algunas razones más), hacen que la persona vomite lo ingerido, llegando al punto de que algunos de estos pacientes, pueden tener cayos en la parte superior de sus dedos por el roce con los dientes de tanto introducirse los dedos en la garganta para ocasionar el vómito.

    Se consideran indicios importantes para diagnosticar anorexia, además del brusco descenso de peso que puede llegar a ser de 20 kg. en cuatro meses, los siguientes indicios:

  • Guardar y esconder comida: Como reserva o para simular que come, en lugares tales como debajo de la cama, armarios, cajones, detrás del inodoro o el bidet, etc.
  • Preocuparse por la ingesta de la comida de la familia: Invitar a los familiares a comer, mencionarles que están comiendo poco, hablar del tema, etc.
  • Personalidad conflictiva y caprichosa: En este aspecto parece un común denominador en los anoréxicos, tanto adolescentes como adultos, inclusive adultos mayores, que sostienen una conducta de enfrentamiento y oposición con padre y/o madre o familiar directo. Aquí es necesario aclarar que también existe la anorexia infantil.
  • Un vínculo particular con el mundo externo: Esto ha dado lugar a pensar que esta patología era patrimonio de artistas, modelos, y adolescentes. Pese a que estos son los colectivos más afectados, no es patrimonio de los mismos.
  • Pérdida de menstruación en las mujeres: Junto con la destrucción del esmalte de los dientes en ambos sexos.
  • Distorsión del esquema corporal: Este es un clásico conocido, donde la persona se percibe o se siente gorda permanentemente y cualquier tipo de masa corporal que tenga le parece excesiva al punto de percibirse gordo con 30 kg. de peso en el caso de una adolescente. También es un clásico acudir a la balanza varias veces por día.
  • Relación con dietas y anoréxicos: Búsqueda de medicamentos, dietas y recetas culinarias, a veces mágicas, junto con la compulsión a contar calorías.

    La anorexia y la bulimia en su desenvolvimiento, tienen mucho que ver con las adicciones y este corresponsal de HEALTHIG News pretende adjudicarse una nueva definición: un anoréxico es un adicto a no comer. Es más, los profesionales que tratan a los anoréxicos y también a los bulímicos están en contacto permanente con el fracaso y se sienten frecuentemente impotentes para ayudar a estas personas, al igual que con los drogodependientes. Muchas veces también contratransferencialemente, el psiquiatra, el psicólogo, el asistente, siente enojo contra el paciente, que muchas veces le cuesta manejar. Entre todo esto hay un dato que es fundamental dentro de la clínica para el tratamiento de la anorexia en el sexo femenino y es que si bien al igual que en las adicciones el paciente es recuperado. Pero existe la curación y se puede con seguridad declarar totalmente curada una paciente, solamente cuando recupera la menstruación.

    Hasta aquí, una fugaz mirada a un tema amplio y complejo.

  • Health I. G. News



    La perspectiva oriental

    Jung, influenciado, tal vez, por sus investigaciones sobre el pensamiento oriental, especialmente el I Ching y el taoísmo, orientó sus teorías hacia una perspectiva sintetizadora de la personalidad, más que a un análisis diseccionador de la misma.

    Es difícil comprender la profundidad de este punto de vista, sin ahondar en los conceptos que originaron esta forma de pensamiento.

    El I'Ching y el tratado Ta Chuan (Gran tratado) sostienen que el universo es MUTACIÓN. Asimismo, la mutación está caracterizada en 64 estados surgidos de la combinación de las antítesis YIN y YANG. Estas caracterizaciones establecen situaciones para el hombre en una forma dinámica y de manera tal que devienen una de la otra.

    Por su parte, el pensamiento monista (India) sostiene que la personalidad es una segregación de la memoria (sansk.: ahamkara) y siendo ésta un "agregado" (sansk.: skanda) de la verdadera entidad de vida, no tiene existencia real.

    En el Tao-te-ching, leemos:

    El Tao que puede ser nombrado, no es el Tao eterno.
    Los nombres pueden ser nombrados, pero no los eternos nombres.
    Como origen del cielo y la Tierra, es innombrable.
    Como madre de todas las cosas, es nombrable.
    Así, oculto, deberíamos ver su esencia interna.
    Manifiesto, deberíamos ver sus aspectos externos.
    Estos dos emanan del mismo origen, aunque son nombrados diferente.
    Y ambos son llamados misterio.
    El misterio de los misterios es la puerta de toda esencia.

    Aquí tenemos dos aspectos, el espiritual y el manifiesto, que devienen de una fuente única (la vida), es misterio lo inmanifiesto, por cuanto no puede ser percibido y es misterio lo manifiesto, por cuanto, a pesar de ser percibido, se origina en lo imperceptible.

    Para el budismo, cada ser es una manifestación de la entidad de vida (jap.: chu). Esta entidad es, también, llamada "mente universal". Los agregados devienen de la confusión de la mente.

    Esta confusión proviene de tener una imagen de sí mismo, una imagen de una persona, una imagen de un ser y una imagen de ser un viviente de una vida.

    Al caer en esta confusión, la esencia de vida, originalmente pura e ilimitada, genera lo que los budistas denominan "estados de vida".

    Estos estados de vida pueden tener cierta equivalencia con la teoría de los arquetipos humanos o no, pero lo importante es el criterio de que se trata de manifestaciones ilusorias originadas en la ignorancia fundamental (confusión de la mente).

    Al mismo tiempo, estos estados están relacionados con el volumen de energía vital que cada individuo maneja. A menor energía, mayor confusión y estado de vida más bajo.

    Comienza con el estado de INFIERNO. Parece ser que este es el más bajo, donde la carencia de energía es tal que ni siquiera alcanza para que el individuo desee algún cambio. Es como una profunda depresión, donde todo parece "sin salida", donde se depende absolutamente de los demás para sobrevivir.

    Le sigue el estado de HAMBRE. Aquí ya tenemos algo de energía, la suficiente para incentivar nuestro deseo. En este estado se desea todo y nada colma el apetito. Si bien es un "estado infernal", está movilizado por el deseo (en el budismo se considera que el deseo es movilizador de la vida) y puede conducir a cambios.

    Sigue ANIMALIDAD. Es el estado en que la gente se aprovecha de los más débiles y teme y es obsecuente con los más fuertes. También es denominado "estado de estupidez". Aquí se vive completamente limitado y temeroso.

    Luego tenemos PERVERSIDAD o FURIA. Este es uno de los estados bajos de mayor energía. Aquí impera el deseo de dominar a los demás. Se recurre a la intriga, la traición y a todo lo que esté al alcance para lograr objetivos. Básicamente, las personas en este estado, gobiernan y manipulan a las de los estados inferiores.

    Después esta HUMANIDAD o TRANQUILIDAD. Es un estado de aparente armonía, donde se vive con cierta comodidad y desenfado.

    Continúa en EXTASIS, que es la alegría que se produce cuando uno puede llevar a cabo sus objetivos o cuando sacia alguno de los deseos que movilizan su vida. Este estado conduce inmediatamente al estado de hambre.

    Hasta aquí son estados bajos o infernales. Como puede verse, más que una definición de arquetipos, se trata de "escalones" por los que puede pasarse a cada instante, o en un día, o a través de los años.

    La enseñanza nos dice que uno posee un estado básico que lo caracteriza y transita por todos ellos en forma continua, hasta que aprende a manejar su propia vida.

    Pero existen 4 estados superiores:

    APRENDIZAJE: es donde la motivación y el deseo están orientados a saber y se hace todo lo necesario por conocer.

    COMPRENSIÓN: cuando se ha llegado a una comprensión profunda de la vida y ya casi no es necesario recurrir a instructores para comprender las enseñanzas.

    BODHISATVA: es, básicamente, quien usa su comprensión para ayudar a los demás; pero, fundamentalmente, es quien ha abandonado para siempre la ilusión de tener una imagen de sí mismo, una imagen de una persona, una imagen de un ser y una imagen de ser un viviente de una vida. Es decir que posee una mente pura.

    BUDA: es nuestro verdadero yo, la esencia de vida que nunca dejamos de ser, es lo más profundo de nosotros mismos, sin limitaciones, dueño de absoluta sabiduría.

    La vulgarización de estas enseñanzas produjo la idea popular de que Buda fue una persona y de que pueden obtenerse beneficios haciéndole ofrendas o pedidos. La realidad es que Buda es nuestro yo profundo y no está afuera de nosotros mismos.

    Por otra parte, los intereses eclesiásticos, generaron la teoría de que existe un "camino"para lograr esa "budeidad", creando, así, "doctrinas budistas" con estrictas reglas y prácticas.

    Sin embargo, el mismo fundador del budismo dice a su discípulo Subhuti:

    "Qué piensas? Tiene el Buda alguna doctrina que predicar?"

    y el alumno responde:

    "No, Honorable, el Buda no tiene doctrina".

    Por qué es esto? Porque siendo "El Buda" el yo profundo, no hay doctrina que pueda llevar a él, como no sea la cesación de la ilusión surgida de creer que tenemos una imagen de sí-mismo, una imagen de una persona, una imagen de un ser y una imagen de ser un viviente de una vida.

    Cómo podría uno llegar adonde siempre ha estado?

    Cómo cesar esta ilusión?

    Es importante saber que, sea cual fuere nuestro estado de vida básico, arquetipo humano, signo del zodíaco, o característica personal predominante, SIEMPRE se puede cambiar y llegar "a la otra orilla", que es nuestro yo verdadero.

    No existe verdad en la renunciación que predican algunas doctrinas religiosas, ni en la auto-conmiseración, ni en el sacrificio. La verdad es la luz de la conciencia enfocada hacia la realidad.

    El yo profundo es salvaje, posee todos los estados, es reinante como el león, equilibrado como la balanza, polifacético como los gemelos, generoso como el cuenco de agua, tenaz como el toro, firme como la cabra, mitad hombre y mitad corcel, generoso como los peces, enérgico como el escorpión, sociable como el cangrejo...

    La enfermedad es producto de la confusión y pérdida de la energía vital.

    Tal vez por esto Jung apuntó hacia la síntesis, hacia ese target profundo donde reside la verdadera naturaleza del individuo.

    La mayoría de las sagas míticas de la antigüedad están relacionadas con la búsqueda de esa identidad esencial. Las vidas de los grandes maestros de la humanidad han sido relatadas respetando el patrón mitológico común a todos, por eso las similitudes entre la vida de El Cristo, Quetzalcoatl y Krishna, por ejemplo.

    El gran desafío cotidiano es lograr desentrañar nuestro yo esencial. El elemento para hacerlo es el desarrollo de una conciencia clara y profunda, capaz de ver a través de los velos de la ignorancia, la cultura y los mandatos y tabúes.

    El arquetipo esencial de nuestro verdadero yo es EL MAGO, el que maneja su propio destino.

    Todos los "estados" y arquetipos no hacen más que "apuntar" hacia el destino original, la otra orilla, el lugar donde nunca hemos dejado de estar.

    (exclusivo para « S.O.S. Psicólogo »)
    Maryland, 19 de febrero del 2002
    Juan Carlos Laborde