Al cerrar este número nos dimos cuenta que hace 10 años este mes de marzo que la «revista»
se publica y se difunde por Internet a través diferentes países. Correo de todo el mundo nos llega
y cada miércoles nuestro equipo responde.
Los correos hacen referencia a nuestros temas y hasta proponen otros. Recibimos correo personal pidiendo orientación, direcciones de psicólogos en diferentes países. Hay muchos casos a los que respondemos regularmente dado que en ciertos países no hay especialistas para hacerlo. Considero que es una sincronicidad que el tema de hoy «los sueños» sea el mismo de la primera «revista» de SOS hace 10 años cuando todavía ella no salía a través de Internet. Si, SOS tiene 15 años y está en belleza y plenitud como una adolescente que se despierta a la vida de grupo y se hace tener en cuenta. Debo hablar de la vocación de esta «revista». Personalmente no quise hacer de ella una plataforma de comunicación para los que poseen el saber ni una vía de vulgarización dado que libros sobre teoría salen todos los días y con respecto a la vulgarización cada semana las revistas comunican los mil secretos para estar bien. Deseé que la «revista» fuera un lugar de confidencias personalizadas donde cada uno pudiera declinar los temas según sus vivencias y experiencias. Estuvimos todos de acuerdo. Si a veces han aparecido conceptos teóricos, no han sido frías definiciones pero toquecitos útiles para canalizar las experiencias. Agradezco a mi equipo que día a día se enriquece y se libera de prejuicios. Percibo en él una coherencia interna excelente. Una vez por mes el comité de lectura se reúne para leer los artículos y es sorprendente: sin habernos hablado los artículos diferentes aparecen encadenados como las perlas de un collar. Frecuentemente vemos, después de la publicación que hay faltas de ortografía que no han sido corregidas pero hoy que comprender que somos todos voluntarios que damos gratuitamente tiempo de nuestras vidas de familia para motivar las gentes a aproximarse a la psicología como un campo de trabajo con los otros en el tiempo de compartir inquietudes que para muchos hubieran quedado sin expresar. Tenemos una reunión mensual los últimos miércoles de cada mes entre 20 h 30 y 22 h 30 que está abierta a nuestros adherentes, pero también a los otros que quieren conocer nuestras actividades y compartir. La única condición es de inscribirse lo más antes posible para tener lugar físico, porque SOS funciona en mi consultorio. Es imposible desplazarme, tampoco deseamos abrirnos a hacer cosas excesivas cuyas amplitud podría ir más allá de nuestras disponibilidades. *** En fin, son 10 años de amor, de apertura, de democratización de la psicología. Hace 10 años nuestro webmaster, Jacques Pioton, creador profesional de sitios prestigiosos ha contribuido a la difusión de la revista por la construcción de un sitio pleno de encanto, de belleza y acogedor. Le agradezco así mismo al Secretario general, Hervé Bernard, por su asiduidad y sentido de la responsabilidad para la puesta en página de cada número. Bravo querida «revista» de SOS, bravo por llevarnos a ir más allá de nuestras individualidades y por consolidar cada día este equipo de «benévolas» y por dar valor cada día al concepto de «don gratuito» que se encuentra hoy raramente en nuestro mundo y sobretodo en nuestra profesión. Agradezco el esfuerzo de corrección de Elisabeth Courbarien y de Jacques Pioton.
Hecho en Paris el 28 de marzo del 2004
con alegría y afuera brilla el sol, un sol que está presente en el logo de SOS y que habla de vida y de resurrección. |
|
La Presidente
|
Freud fue quien primero se introdujo con criterio científico en el estudio de los sueños. Para ello, debió apartarse de los dos dogmas por entonces omnipotentes en ese terreno. Aquel que postulaba un pensamiento arcaico, sin duda, que el sueño era una manifestación benéfica u hostil de poderes supraterrenales, demoníacos o divinos, propia del sentir popular y de aquel otro con el que contaban la inmensa mayoría de los médicos y profanos cultos que:
«Los suponía provocados exclusivamente por estímulos sensoriales o físicos, que actúan desde el exterior sobre el durmiente o surgen casualmente en sus órganos internos. Lo soñado no podrá, por lo tanto, aspirar a significación ni sentido, siendo comparable a la serie de sonidos que los dedos de un individuo profano en música arrancan al piano al recorrer al azar su teclado. Los sueños deben, pues, considerarse como un proceso físico totalmente inútil siempre y en muchos casos patológico y todas las particularidades de la vida onírica se explican por la incoherente labor que órganos aislados o grupos de células del cerebro sumido, fuera de ellas en el sueño, realizan obedeciendo a estímulos fisiológicos153.» Freud reaccionó contra estas interpretaciones e inició la ruta de su estudio psicológico y clínico.
«El sueño es un fenómeno psíquico que, en oposición a los demás hechos de la conciencia, por su forma y contenido significativo se sitúa al margen del constante devenir de los hechos conscientes. De todos modos, el sueño, no parece ser, por lo general, una parte integrante de la vida consciente del alma, sino más bien una experiencia externa y aparentemente ocasional. Las especiales circunstancias de la formación del sueño condicionan su situación excepcional; es decir, que el sueño no proviene, como otros contenidos de la conciencia, de la continuidad claramente lógica o puramente emocional de los acontecimientos de la vida, sino que es el residuo de una curiosa actividad psíquica desarrollada durante el dormir. Este origen aísla ya el sueño de los demás contenidos de la conciencia, pero de un modo muy especial lo aísla su contenido propio que se halla en sorprendente contraste con el pensamiento consciente154.» Los sueños, a veces, pueden anunciar ciertos sucesos mucho antes de que se produzcan en realidad. Esto no es un milagro o una forma de precognición. Muchas crisis de nuestra vida tienen una larga historia inconsciente. Vamos hacia ellas paso a paso sin darnos cuenta de los peligros que se van acumulando. Pero, lo que no conseguimos ver conscientemente con frecuencia, lo ve nuestro inconsciente que nos trasmite la información por medio de los sueños. Recordamos un caso típico. Era una señora casada que, una vez en sueños, vió que su marido la contemplaba salir de un hotel alojamiento con un hombre. No hizo caso de la advertencia. Ello se produjo poco después. Su marido no la vió salir, pero sí entrar en el hotel. Una amistad había abusado de su confianza y la había conducido allí provocando, como es lógico, una verdadera crisis en el matrimonio y terribles complejos de culpa en la mujer. Los sueños pueden, muchas veces, advertirnos de ese modo, pero igualmente, muchas veces parece que no pueden. Por tanto, toda suposición acerca de una mano benévola que nos detiene a tiempo es dudosa. O, diciéndolo en forma más concreta, parece que cierta intervención benévola unas veces actúa y otras no. La mano misteriosa puede, incluso señalar el camino de la perdición; los sueños demuestran que son trampas o que parecen serlo. A veces se comportan como el oráculo délfico que dijo al rey Creso que si cruzaba el río Halis, destruiría un gran reino. Sólo después de haber sido completamente derrotado en una batalla, después de cruzar el río, fue cuando se dió cuenta de que el reino aludido por el oráculo era su propio reino.
«No podemos permitirnos ser ingenuos al tratar de los sueños. Se originan en un espíritu que no totalmente humano, sino más bien una bocanada de naturaleza, un espíritu de diosas bellas y generosas, pero también crueles. Si queremos caracterizar este espíritu, tendremos que acercarnos más a él en el ámbito de las mitologías antiguas o de las fábulas de los bosques primitivos que en la conciencia del hombre moderno156.» Es indispensable comenzar por Freud para la consideración de las teorías y prácticas junguianas, por cuanto, a nuestro entender Jung prolonga, profundiza y hace adquirir relieves universales al psicoanálisis freudiano, elevándolo de una técnica en el tratamiento de neuróticos a una vía forjadora de la personalidad. Freud había observado que el sueño era una «vía regia» para penetrar en los secretos del inconsciente. Jung considera, también, este método del análisis de los sueños como insustituible, pero le añade los «ensueños»: las «fantasías» y las «visiones» equiparándolos en su valor semiológico. Al contrario de Freud y de sus discípulos que cada vez conceden menor valor a la interpretación de los sueños, para Jung y sus continuadores constituye un material indispensable. El método de las «asociaciones libres» de Freud fue, para éste y para sus discípulos, la forma única de arribar a conclusiones acerca del material onírico. Este método consiste esencialmente en dejar hablar al paciente, acerca del contenido de su sueño. Primero se lo divide en tantas partes como sea necesario método, en verdad, cartesiano y luego se sugiere al paciente asociar a dichas imágenes. Jung emplea esta misma técnica, pero prefiere asociaciones menos libres, menos sueltas en todos los sentidos, más focalizadas sobre el propio contenido del sueño y su relación con la realidad cotidiana, más o menos inmediata, lo que constituye el análisis del sueño sobre el plano del objeto, así como también la comprensión del sueño sobre el plano del sujeto; es decir teniendo en cuenta lo que la imagen onírica quiere decir en el «aquí y ahora» sobre el complejo subjetivo del soñante. Jung habla del «contexto» del sueño y del «método de amplificación» del mismo. Considera Jung que el método freudiano de las «asociaciones libres» conduce, en verdad, a los complejos, pero este monólogo del paciente, nunca puede brindar la seguridad de que se trata precisamente del complejo que da su sentido al sueño. Por ello y esto suena a herejía sin atenuantes, a los freudianos ortodoxos, Jung interviene en el libre juego de las asociaciones del paciente, lo que constituye un verdadero escándalo para los freudianos ortodoxos Sólo se necesitaba un paso y Jung no vaciló en darlo. El analista junguiano perdiendo todo pudor, según los seguidores de Freud, nos cree en el deber de «asociarse» tranquilamente con su paciente a fin de facilitar el betrachten en los comienzos del análisis y promover en el mismo la «práctica del inconsciente», luego el analista junguiano vive como un deber necesario el asociarse tranquilamente con su paciente aún cuando su acción pueda ser considerada por la crítica externa como delirar a dúo. Esta herejía adquiere su verdadero significado cuando se la relaciona con el inconsciente colectivo. Porque cuando el paciente recibe en el sueño imágenes colectivas, es cuando el analista junguiano sintiéndose pisar en un terreno común, se siente con derecho a concatenar. En realidad, se trata menos de asociarse que de facilitar al paciente el material recogido por el analista en la búsqueda del inconsciente colectivo, practicándose acercamientos bien objetivos. Esta parte del tratamiento junguiano no deja de ser muy peligrosa. Uno de los propios discípulos de Jung, el Dr Cahen hace notar sus peligros y recomienda que sólo se recurra a este sistema en último caso157. Estamos en un todo de acuerdo con estos peligros. Sólo un analista avezado que sabe bien lo que hace, puede afrontarlo sin mayores riesgos. Es, también, la oportunidad de señalar que el silencio extremo impuesto por los freudianos, tampoco deja de ser peligroso, por cuanto descorazona al paciente en su largo monólogo quien como dice Baudoin, terminan por no entender para nada de «esta historia de locos»158. Donde ha avanzado decididamente Jung en sus estudios sobre los sueños, es cuando utilizando un principio heurístico fecundo y original, distingue los dos planos que solo al pasar hemos mencionado. Dos interpretaciones igualmente válidas y posibles y para nada excluyentes una de la otra, porque complementarias de un mismo material onírico: una sobre el «plano del objeto» y otra sobre el «plano del sujeto». Resulta aleccionador analizar el sueño alternativamente en cada uno de estos planos. Veamos un ejemplo aportado por el mismo Jung:
«Un paciente intenta vadear un río, pero se ve atrapado y retenido por un cangrejo que ha hecho presa en uno de sus pies. Esta enferma estaba unida con una amiga con una unión homosexual y las asociaciones la llevaron a considerar que las pinzas del cangrejo eran el afecto acaparante de su amiga, Esta es la interpretación desde el plano del objeto. Pero, desde el plano del sujeto, esta interpretación no agota el material porque el cangrejo es un animal que camina hacia atrás, muestra una disposición regresiva, y este animal se asocia al cáncer, lo que lleva a considerar que la raíz del mal homosexual es estimado como terriblemente peligrosa159.» En el sentido estricto freudiano y postulando que el sueño expresa deseos o mejor dicho, diríamos tendencias reprimidas, existe por parte del soñante una aproximación del objeto, deseado o temido. Nos vemos llevados a englobar cualquier sueño, dentro de los dos planos de la interpretación junguiana. La diferencia entre la interpretación de los sueños en Freud y en Jung es capital, pero, con alguna perspicacia, es dable inferir que numerosos son los puntos de contacto. Para Freud, el contenido manifiesto del sueño, el recuerdo del mismo, con su aspecto arbitrario y absurdo, es una fachada tras la cual se ocultan los verdaderos deseos del inconsciente, los cuales se pueden descubrir a través de las «asociaciones libres». De acuerdo a la terminología freudiana, tenemos: el «contenido manifiesto» que está constituido por las imágenes oníricas, tal como se recuerdan al despertar y en su relación con lo cotidiano; el «contenido latente» que está formado por los pensamientos que intentan llegar al consciente y que constituyen el motivo verdadero del sueño relacionados con el complejo subjetivo del paciente; la «censura» que es la acción del «super yo» que impide la llegada al plano consciente del contenido latente y lo transforma en imágenes anodinas. Freud emplea la expresión «censura» que es altamente expresiva por cuanto es la misma labor que realizan las autoridades con el periodismo en tiempo de dictaduras, de guerras o de conmociones, disfrazando las informaciones y presentándolas en forma satisfactoria para las autoridades. *** Los artificios utilizados por los contenidos oníricos para filtrarse a través de la censura, como, por otra parte, efectúan los periodistas avezados que publican las informaciones oficiales, pero filtrando a través de ellas, hechos reales que pueden llegar a ser interpretados por los eventuales lectores sobre todo cuando éstos poseen una clave de interpretación, son: I. La dramatización En los sueños, nunca aparecen ideas abstractas sino imágenes concretas, sin preocupaciones si la traducción es lógica o no. Como a través de una película del cine mudo sin leyendas aclaratorias aunque a veces los personajes del sueño hablan, presentan como una escena una realización de algo; II. La condensación Ella consiste en que varios personajes o elementos de varias personas se reúnen apareciendo en el contenido manifiesto como una sola persona. Por ejemplo, se sueña que se es amenazado por una persona que reúne las condiciones psicológicas de su mujer, la cara de otra persona, se viste como un tercero y actúa como un criminal. En esta imagen se han condensado las características de cuatro personas; III. El desdoblamiento o multiplicación Es justamente el fenómeno inverso a la condensación. Aquí, por ejemplo, el carácter de un amigo aparece en otro, su voz en un tercero, su ocupación en un cuarto, etc.; IV. El desplazamiento Es el proceso más importante de la deformación del sueño y consiste en que una imagen del contenido manifiesto está sustituyendo a otra del contenido latente. Por ejemplo, una persona odia intensamente a otra, pero en el sueño quien odia a esa persona, no es el soñante, sino una tercera que no tiene nada que ver con aquella. El odio del soñante aparece injertado en otro hombre. En realidad, es este mecanismo una de las claves de todas las escuelas analíticas y se lo denomina «proyección» y no sólo actúa durante el sueño sino permanentemente y no es difícil captarlo funcionando en estado de vigilia; V. La inversión de la cronología Derivando la escena en otro lugar y en otro tiempo que el real; VI. La representación de lo opuesto Consiste en que una persona, por ejemplo, siente intensos deseos de ser amado, pero sueña que la persona amada le es indiferente; VII. La representación por el detalle Un acto intensamente deseado, por ejemplo, desnudar a una mujer, es soñado como el quitarle un arete o un pulsera; VIII. La representación simbólica Llegamos a uno de los puntos de diferencias esenciales entre Freud y Jung. Para Freud, según Garma, cuyo libro «La interpretación de los sueños» es una explicitación de las interpretaciones freudianas:
«La simbolización puede considerarse como una forma especial de desplazamiento. Cuando, en diferentes sueños, se observa que determinado elemento concreto del contenido manifiesto está relacionado, con cierta constancia, con un elemento reprimido del contenido latente, se denomina al primero «símbolo». Por representación simbólica debe entenderse que un objeto o un acto no aparecen en el contenido manifiesto como tal, sino representados mediante el símbolo160.» *** Como bien lo afirma Jung, el símbolo para Freud y sus discípulos sería sólo un «signo» o un «síntoma». Freud mismo en muchos de sus libros insiste sobre esta interpretación del símbolo. Así el padre tras el toro, el pene en la serpiente o la espada, el seno materno en la cueva o la iglesia. Esta interpretación lleva a considerar que nos enfrentamos en la consideración de los sueños con un sistema de dos términos, un significado y un significante frente a la alegoría y que toda la interpretación consiste esencialmente en reemplazar un término por el otro. Sin embargo, no todo es tan simple y el propio Freud ha sido el primero en indicar la complejidad del problema. Lo hizo indicando el fenómeno que llamó «condensación» y que vimos más arriba, de acuerdo al cual, las imágenes son, por lo general, compuestas recogiendo elementos de varias y mezclándolos. Freud llevó más adelante su visión, cuando alcanzó un principio psicológico general, el de la «sobredeterminación», donde implícitamente reconocía que un símbolo no era simplemente un sistema de dos términos, sino de varios y que la significación no era unívoca sino polifónica. Polifonía que permite contemplar el símbolo en su calidad de fuente inagotable de significantes. De ahí, precisamente, arranca la profundización de Jung. Insiste éste en el fenómeno de la «sobredeterminación», pero lo lleva mucho más adelante penetrando en regiones absolutamente nuevas para Freud. *** Las diferencias más esenciales entre Freud y Jung a propósito de los sueños son las siguientes: I. Jung niega que el sueño, como considera Freud, sea una «fachada» y se complace en repetir un viejo adagio de la Cábala según el cual el propio sueño contiene su significado:
«El sueño es lo que es enteramente y solamente lo que es; no es una fachada; no es ninguna cosa preparada o aliñada, un engaño cualquiera, sino una construcción bien terminada la idea de que el sueño disimula algo, es una idea antropomórfica161.» II. Jung insiste hasta la saciedad que un sueño aislado es poco importante, deben analizarse series de sueños; III. Lejos de considerar que el sueño es principalmente, el «guardián del dormir» como dice Freud, Jung lo considera en su acción fundamentalmente «compensadora» de la actividad consciente. Sin duda, ambos están en ese sentido de acuerdo. Lo más importante, para Jung, en lo que hace al sueño es considerarlo como la dramatización del estado actual de la psiquis profunda del paciente. Su valor va todavía más allá dado que si el mensaje del sueño puede ser expresado es porque el estado actual de la conciencia lo permite. *** El sueño está constituido por elementos conocidos y desconocidos, diversamente mezclados. Sus contenidos pueden ser tanto conscientes como inconscientes; en ellos pueden darse restos diurnos y profundos elementos del inconsciente personal y colectivo. Para Jung, su ordenación está fuera de la ley de causalidad. Mediante el sueño manifiesta el inconsciente su actividad reguladora y compensadora de la actitud consciente. Concretando el sueño es un fenómeno compensador y por serlo es corrector. Los contenidos inconscientes no pueden ser «standardizados», en su análisis simbólico, ya que siendo multisignificativos y personales dependen en primer lugar de la situación vital y espiritual del sujeto. Los sueños del inconsciente colectivo, son fácilmente reconocibles ya que son la expresión de problemas que son la historia de la humanidad, se repiten, una y otra vez. Las fantasías y las visiones son también manifestaciones del inconsciente y acaecen en estados de descenso de la conciencia. La interpretación de los sueños, visiones y fantasías es central en el proceso dialéctico. Psicólogo y paciente, elaboran juntos el material, siendo éste último, el que vivenciando los elementos elaborados, selecciona la interpretación que se adapta mejor a lo vivenciado. Dice Jung:
«La conciencia se deja adiestrar como un papagayo, pero el inconsciente no, si el médico y el paciente concuerdan, pero se equivocaron en su interpretación, entonces, con el tiempo ambos, serán corregidos, rigurosa e inexorablemente por el inconsciente, el cual actúa de continuo en forma autónoma sobre el proceso162.» Las raíces de los sueños se hallan en los contenidos conscientes y en los constelativos inconscientes, pudiendo tener origen somático. Excepto en una determinada categoría de sueños, los de «choque» o «reacción» nunca son repetición de sueños anteriores. Además, los sueños de «choque» o «reacción» sólo se limitan a reproducir hasta el agotamiento el estímulo traumático en cuyo caso cesan. *** En los sueños, pueden ocurrir: que a una situación consciente siga un sueño como reacción y compensación, el cual no hubiera ocurrido de no darse el hecho consciente que el sueño no responda a un acaecer consciente, sino también a una espontaneidad inconsciente. Esto sería el caso de equilibrio o que el aporte del material inconsciente del sueño sea mayor que el consciente. Casos en los que ocurren sueños significativos que pueden modificar y aun invertir la actitud consciente que todo el material y toda la actividad tengan origen inconsciente provocando sueños peculiares y difíciles, pero importantes, tanto por su carácter dominador, por su condición arquetípica, como por su peculiaridad de manifestarse antes de la aparición de enfermedades mentales *** Para la interpretación es mejor poseer una serie de sueños dado que:
«Éstos se continúan como un monólogo, bajo la cubierta de la conciencia163.» La disposición de los sueños es radial y se agrupan en torno a un centro de significación. Dice Jung:
«La interpretación del sueño es, por regla general, difícil tarea. Supone simpatía psicología, capacidad de combinación, intuición, conocimiento del mundo y de los hombres y, sobre todo, saber específico, en el cual importan tanto amplios conocimientos con una cierta inteligencia del corazón164.» El indispensable conocer el ambiente y la psicología del soñante. El sueño tiene una función compensadora y otra prospectiva. La primera regula, la segunda anticipa posibilidades. El análisis lleva, generalmente, al «país de la infancia» en el cual no se ha separado aún la conciencia racional del presente, del alma histórica, del inconsciente colectivo. Estas incursiones rechazan a la conciencia, invitándola a la represión, esta represión aumenta el alejamiento de la psiquis primitiva, determinando, en casos extremos, la carencia de instintividad. Es necesario, con miras a la integración tener perspectiva dual. En Jung, a la elaboración del material inconsciente colectivo debe preceder la integración de los contenidos infantiles. Jung asegura que, sin esta etapa previa, el inconsciente colectivo queda cerrado a la integración. *** La técnica de la interpretación tiene varias etapas: descripción de la situación actual de la conciencia; descripción de los acontecimientos precedentes; recepción del contexto subjetivo; establecimiento de los paralelos mitológicos en los motivos arcaicos; en caso de complicaciones, información, por parte, de un tercero165. En cuanto al camino que recorren los contenidos del inconsciente hasta su concientización, es el siguiente: descenso del umbral de la conciencia a fin de que salgan los contenidos inconscientes; ascenso de estos contenidos a sueños y visiones; percepción y fijación por la conciencia de dichos contenidos; investigación del sentido de los contenidos; inserción de lo obtenido en la psiquis del paciente; incorporación y elaboración del sentido encontrado por el individuo; integración del sentido de la psiquis para transformarlo en conocimientos instintivos. Jung considera el sueño estructurándolo con los elementos del drama clásico. Luego su disposición sería la siguiente: lugar, tiempo, personas; exposición temática; peripecias médula del sueño; Lisis (solución). Todo sueño debe tener su solución (lisis). Si carece de ella, manifiesta una evolución negativa del soñante. *** Recordaremos que Jung utiliza en la interpretación, el concepto y la metodología del condicionalismo, el método de amplificación y no el de reducción. El sueño, en cuanto a su dinámica demuestra poseer finalidad, mostrando hechos que ignora el sujeto o desea ignorar, siendo por lo tanto alegóricos, referenciales. La amplificación personal aporta el sentido subjetivo individual. La amplificación objetiva con el material simbólico aporta el sentido colectivo. Los sueños que abundan en detalles y elementos expresan, ante todo, problemas individuales. Los sueños que presentan pormenores e imágenes sencillas proporcionan más bien el conocimiento de aspectos universales. En el primer caso, las extensas imágenes arquetípicas, la abundancia de detalles hacen sospechar dominio del inconsciente aún no diferenciado. En el segundo caso, inferimos conciencia superdiferenciada que ha llegado a hacerse autónoma. Concretamente, luego y con valor de síntesis, hay dos grados de interpretación: el subjetivo y el objetivo. En el primer caso, la interpretación es simbólica. El sueño alude a lo interno en calidad de dado. En el segundo caso, la interpretación es concreta. Toma del sueño figuras como se dan y por lo que son, considerando las mismas configurativas de las actitudes del soñante hacia lo externo. Refiriéndose al mecanismo de proyección, particularmente revelador, dice Jung:
«La proyección jamás se produce sino que acontece166.» Es lo contrario de la introyección que define como:
«Asimilación del objeto al sujeto168.» Está por lo tanto en estos aspectos en los conceptos y en la nomenclatura de Freud. Considera además que las imágenes del sueño son modalidades de la energía psíquica.
153 Freud Sigmund: La interpretación de los sueños, obras completas, Ed. Nueva, Madrid, 1948. 154 Jung C. G.: Energética psíquica y esencia del sueño, op. cit., p. 116. 155 Ibid., p. 49-50. 156 Ibid., p. 52, 70. 157 Cahen Roland: Psychothérapie de Jung, Encyclopédie médico-chirurgicale, Paris, 1955. 158 Baudoin Charles: La obra de Jung, op. cit., p. 71. 159 Jung C. G.: Psicología del inconsciente, p. 62. 160 Garma Ángel: La interpretación de los sueños, Ed. El Ateneo, 1971. 161 Jung C. G.: El yo y el inconsciente, op. cit., p. 109. 162 Jung C. G.: Psicología y alquimia, Santiago de Rueda, Buenos Aires, 1957, p. 75. 163 Jung C. G.: Psicología y educación, Ed. Paidos, Buenos Aires, 1949, p.89. 164 Jung C. G.: Energética psíquica y esencia del sueño, op. cit., p. 80. 165 Jacobi Jolande: La psicología de C. G. Jung, op. cit., p. 129. 166 Jung C. G.: Psicología y alquimia, op. cit., p. 338. 167 Jung C. G.: Tipos psicológicos, op. cit., p. 461. 168 Ibid., p. 461.
Hecho una noche de invierno aparente
en un Paris que no tiene glaciares, pero si abismos de comunicación y silencio. Contemplo mi propio abismo. Escribir lo llena y parece menos hondo, aunque las preguntas que me hago sean paradójicamente más profundos que ayer. 11/02/2004 | |
Doctora E. Graciela Pioton-Cimetti
|
Sueño en mis noches sin sueño cuando el descanso está dulcemente presente pero mis ojos
más abiertos que nunca.
Sueño con volver a verte, pero querer soñar con vos me despierta aún más, entonces y claramente te veo en ese pasado en el cuál estuvimos juntos y vivimos nuestro extraño, sublime y a veces horrible sueño de amor. *** La luna sobre el río del Plata, las golondrinas partiendo hacia el Norte. ¿Quién hubiera podido decir que un día como las golondrinas yo partiría hacia el Norte? Pero así debía ocurrir, yo también busqué calor y un poco de paz cuando te fuiste traicionando nuestros objetivos. De todas maneras te rindo homenaje. Nuestro amor de adolescentes se convirtió con el tiempo que las agujas del reloj marcaron una realidad de adultos que pudo satisfacer en la realidad nuestras fantasías. *** Me acuerdo de las noches cuando estabas de guardia en Puerto Belgrano como oficial de marina. Nosotros vivíamos en Punta Alta. Cada vez que te ibas me hacías falta porque tenía miedo de la noche, desgraciadamente siempre tuve miedo de la noche entonces me sentaba en una reposera en el minúsculo jardín y esperaba el día y tu regreso. Incluso en invierno te esperaba así y ya entonces dormía poco. Hoy día creo no tener más miedo de la noche pero te sigo esperando y es evidente que nos aproximamos porque las agujas del reloj marcan el tiempo. Has conocido la eternidad de la cuál muchas veces hemos hablado los dos, antes que yo. Mis ojos bien abiertos en mis noches te buscan y vos venís a visitarme de imágenes de momentos que en la realidad hemos vivido, por ejemplo: Hay una foto, yo con el pelo cortado muy corto, con Guillermo sobre la vereda de la casa de Punta Alta había sacrificado mi pelo largo para que la vida me fuera más fácil. Me acuerdo, te esperábamos los dos sobre la vereda para verte volver más rápido. *** Una imagen formidable acaba de emerger: el día de nuestro casamiento en la Iglesia de las Victorias. Nada cambió en mi evocación. Me vi con vos en el auto al partir. ¡Estabamos lindos! Vos con tu uniforme y yo con mi traje de novia y cuánta inocencia había en nosotros en aquella noche diferente de las otras. Si, éramos tan inocentes tal vez demasiado, pero no demasiado, porque inocencia no rima con ingenuidad. *** ¿Los sufrimientos de la vida hubieran podido impedirnos el soñar? No, hemos soñado y aún tenido y vivido pesadillas desde el primer día de nuestro amor hasta ahora. La muerte hubiera podido destruir nuestro sueños comunes pero la muerte no existe porque los recuerdos como los «grandes sueños» son más fuertes que la muerte. *** Pero volvamos al sueño: A los 17 años yo soñé, de sueño verdadero, con los ojos bien cerrados que vos tenías una manchas blancas sobre la piel. Había un río y en el río una isla y querías atraparme para que yo me quedara con vos y muriera también en esa isla, pero yo me escapé. Había una puerta, yo escapaba, vos la abrías para hacerme quedar y morir. Me tiré al río y gané la otra orilla nadando. Al llegar respiré aliviada: me había salvado. *** Me desperté transpirando, salí al corredor de casa, apoyé la espalda sobre el muro de piedra frío para escapar a la pesadilla. ¿Podía saber en esa época en la cual nada sabía que se trataba de un sueño premonitorio?
Escrito un día de invierno
no hay reloj junto a mi las agujas marcan el paso del tiempo en alguna parte pero yo se que el instante hace eternidad y que yo te sueño con los ojos abiertos dado que ya no temo la noche. Me equivoqué, no es una noche de invierno pero si de primavera de una eterna primavera fuera del tiempo. Hecho en Paris el 22 marzo del 2004 |
|
Doctora E. Graciela Pioton-Cimetti
|
Una vez hace unos años ya, tuve un sueño. No fue un sueño común, como otros que se recuerdan al amanecer
después del despertar, que vuelven como envueltos en una nebulosa incierta y con vago recuerdo, sino que fue de esos que
a uno lo llevan violentamente a la vigilia, y se recuerdan en forma impecable.
Fue tal el carácter de la "vivencia onírica" que lo tomé como un presagio, una señal que se me ofrecía para poder ordenar mi vida respecto de ello. Cabe descontar que por aquellos tiempos, creía firmemente que hay poderes que guían la vida de los hombres y determinan el día de nuestro nacer, tanto como el de nuestra muerte, además de todo lo que nos pasa en su transcurso. Sabía que muchas veces recibimos señales, para indicarnos como proceder, evitar problemas o prepararnos para algo que es inevitable. En realidad no sé si esto es tan así. Tal vez sea una forma ingenua de ver el mundo, pero de hecho, muchas culturas, y muchos relatos de personas, creen que los sueños son premonitorios, o tienen un poder especial, que no se puede explicar por medios racionales, sino más bien espirituales. Si bien la explicación espiritual no debería desafiar la razón, podríamos decir que está más allá de las percepciones o bien del campo perceptual que tenemos los humanos en la actualidad. Suelo escuchar relatos de personas que sueñan algo que al otro día sucede, como el encuentro con alguien, o un determinado evento, o bien en algunos casos, hechos que traducidos a números representan el mismo que termina saliendo en la lotería, o algo parecido El sueño que me tocó vivir, me angustió mucho, y mi interpretación del mismo lo relacioné con mi muerte. En este caso la experiencia onírica incluía unos números, que interpreté como una fecha. Con estos datos tenía suficiente evidencia para descifrarlo como un anuncio sobre mi vida. Mal o bien, empecé a tener en cuenta esa fecha para organizarme en forma estratégica. Tenía algo así como tres años y medio para que llegara el momento, así que podía planear muchas cosas todavía. Era bastante tiempo, pero no quería desperdiciarlo. Empecé por dejar de lado los proyectos encarados a largo plazo y atender más a los de corta realización. Descarté ciertas inversiones y me deshice de cosas que llegado el caso serían más estorbo que beneficio. Traté de que mi vida económica estuviera bien equilibrada y al día. Si bien algunas cosas quedaban para que las resolvieran mis herederos, en general el balance daría a favor de ellos, especialmente por el seguro, que aprovechando el dato, les había dejado a su nombre. Pero no solo me preocupó lo económico, sino también el crecimiento de mis honestidades espirituales. En este ámbito, la búsqueda fue intensa. Me junté con gente que amaba las virtudes y sus manifestaciones en el mundo, y compartí con ellos gran cantidad de horas y actividades. Mis inversiones en este aspecto fueron tan intensas como en el ámbito económico. Me encontré necesitado de esta búsqueda, ya que parecía, en esta situación, que todos los logros económicos y en general todo lo material, perdía importancia. Todo era solo una mercancía que pasaría de manos en forma simple y sin dificultades. Diferente era todo lo que pudiera estar relacionado con lo que empecé a llamar "la vida". "La vida" comprendía todo aquello que me hacía sentir vivo, que me permitía sentir, ver y escuchar el "ahora" y aprovechar el instante en que transcurrimos. Me di cuenta que viviendo el presente, mis vivencias se asemejaban a los felices momentos de mi niñez, en donde el tiempo se alarga, y un día representa una enormidad de tiempo. En un día pasan muchísimas cosas, nos invaden miles de sensaciones, y eso nos permite extraer del tiempo mayor cantidad de recuerdos. Cierto es que no en todo momento pude estar en este estado de contemplación del presente, pero intenté pasar por ello la mayor cantidad de veces. Me di cuenta que conocer lugares nuevos me permitía estar en el "allí y ahora" y eso me hacía sentir bien. También me di cuenta que no es necesario viajar para estar conciente del presente. Solo hace falta esfuerzo para lograrlo y estar en el "aquí y ahora". Fui aprendiendo que el silencio, ayuda a resolver problemas más que el ruido de los pensamientos. No sé porqué, pero extrañamente me resultó así. Tomé conciencia de lo maravillosa que es la vida de todos los seres. Plantas, animales y nosotros estamos indefectiblemente unidos por la magia de la vida. Empecé a ver que en la mirada de todos los seres se manifiesta la intencionalidad de mirar en una dirección o en otra, como una decisión propia, autónoma y única, como solo puede brindarlo el acto de vivir. Mis gatos me hicieron ver eso. Van, me miran o vienen, solo porque ellos así lo desean. Conviene llevarnos bien con todas las cosas del mundo, porque en alguna ocasión, todas pueden revelarnos algún secreto. Puedo decir que a raíz de este sueño, aprendí una forma de aprender. Aprendí que la vida es aprendizaje, experiencias y volver a aprender. Que lo único que podemos hacer como humanos es hacer las cosas cada vez mejor, con más armonía, logrando cada vez más paz, y en lo posible aprendiendo el difícil arte de amar todo lo que nos rodea. Y sucedió que, pasado unos tres años y medio de ese sueño tan traumático, llegó la fecha indicada y nada físico murió. Y si algo murió en mí probablemente haya dado lugar a una nueva forma de ver la vida. Se dice que toda vez que algo muere, da paso a algo que nace |
|
Licenciado Alejandro Giosa
|
Ola de calor en Europa: más de 11 mil muertos en Francia
La primera estimación provisional del número de decesos registrados en Francia entre el 1 y el 15 de agosto, durante la ola de calor, es de 11.435 muertos más que en el mismo período del año pasado, según datos del Ministerio de Salud del país. Estas cifras provisionales fueron comunicadas al término de una reunión entre el ministro de Salud, Jean-François Mattei, y el director general del Instituto nacional de alerta sanitaria (InVS), Gilles Brücker. La canícula en el viejo continente y otros fenómenos climáticos extremos se deben muy probablemente a la acción del hombre, según el presidente del grupo de expertos de la ONU sobre el clima, el indio Rajendra Pachauri. «Se trata de una fuerte sospecha sin que exista por el momento total certidumbre científica», dice el ex profesor de la universidad norteamericana de Yale y director del instituto TERI, dedicado al desarrollo sostenible. En España, agrupaciones de pacientes acusaron al gobierno de ocultar la verdadera cifra de fallecidos por la ola de calor. Automáticamente, Sanidad encargó al Centro Nacional de Epidemiología un estudio detallado sobre el fenómeno. Informe con reportes desde Gran Bretaña, Italia y Portugal: http://www.healthig.com/ambiental/ambiental40.html SARS: más de 100 especies animales comprometidas La Organización Mundial de la Salud (OMS), identificó a más de 100 especies animales infectadas con el virus del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), según informaron especialistas de la citada organización. «Detectamos rastros del virus que causa el SARS en mamíferos, reptiles y pájaros, por lo tanto, no existe sólo un agente animal transmisor de la enfermedad», señaló Pierre Formentry, especialista en Virología de la OMS durante una conferencia de prensa. Los animales afectados por el virus fueron encontrados en sus hábitats naturales, en haciendas y mercados de especies salvajes de la provincia de Cantón, epicentro de la epidemia que provocó la muerte de más de 800 personas en todo el mundo. Esta es la principal conclusión de la misión conjunta de especialistas de la OMS, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del gobierno chino, enviada a Cantón entre el 13 y el 19 de agosto del corriente año, para identificar las posibles relaciones entre los animales y la neumonía atípica. Henk Bekedam, referente de la OMS en Beijing, resaltó que «existe la posibilidad de que el SARS vuelva a aparecer después del verano, y por eso debemos estar preparados». Hume Field, especialista australiano en enfermedades infecciosas, indicó que «pasarán años antes de que descubramos el origen del virus, tracemos un plano definitivo sobre su comportamiento y desarrollemos una vacuna»: http://www.healthig.com/neumo/neumo8.html Implantan células madre de médula ósea en el corazón
Gracias a un trabajo cooperativo entre distintos servicios de tres hospitales públicos -dos de la provincia de Buenos Aires, y otro de Capital Federal-, se realizó un procedimiento inédito dentro de la actividad médica argentina, que consistió en implantar células madre (stem cells) de la médula ósea en el corazón del mismo paciente, a través de un cateterismo intracoronario (técnica no invasiva). El paciente es un hombre de 35 años que presentaba un compromiso severo del miocardio provocado por miocardiopatía dilatada, siendo su evolución satisfactoria. Ampliación en: http://www.healthig.com/molecular/molecular19.html |
|
Health I. G. News
|
En algunas filosofías de la antigua India se reconocían 3 tipos de estado de sueño. El primero es el de sueño sin ensueño, un estado donde la ausencia de imágenes y conciencia del yo individual producen un descanso profundo
ya que, según aseguran estas mismas creencias, se está en contacto con el Yo verdadero, el Atma. El segundo es el
de sueño con ensueño, pleno de imágenes inconscientes, donde el yo individual está apenas esbozado algunas veces
y otras, casi tan "consciente" como al despertar. El último es el
estado de vigilia ya que, en el mismo, aún se
continúa soñando o viviendo fuera de la realidad, ya que el universo es ilusión (Maya).
En qué se basan estas formas de pensamiento para asegurar que el Universo no es real? El budismo asegura que el cosmos es mental. Todo es mente. Pero no se refiere a una mente especulativa como la que utilizamos para resolver problemas, sino a la mente absoluta o abstracta. Si es así, qué diferencia podría existir entre el sueño y la vigilia o la vida y la muerte? Si consideramos que la materia es infinita tanto en lo macrocósmico como en lo microcósmico, que no podemos concebir un universo finito, que todo está compuesto por partículas de energía que tienen comportamientos, pero no materia concreta real; entonces, casi, podríamos aceptar la lógica de estos planteos orientales. Platón, evidentemente influenciado por el pensamiento budista de la época (no olvidemos que, para entonces, Asoka habia difundido el budismo hasta Grecia) hace una asimilación de estas teorías cuando se refiere a El Mito de la Caverna y a muchos conceptos vertidos en sus diálogos y en El Timeo. Sin embargo, nuestra existencia se complicaría mucho más si no tomáramos como realidad alguna de las experiencias de vida que tenemos. Y, evidentemente, la más tangible es la del estado de vigilia. Con un universo ilusorio o real, nuestra voluntad sólo puede ponerse en acción cuando estamos despiertos. Desde esta postura, podemos decir que el sueño abarca todos los momentos en los cuales nuestra voluntad duerme (aunque el cuerpo parezca despierto). Si dormimos, los fenómenos se suceden a nuestro alrededor sin que podamos hacer nada por modificarlos. En el sueño somos víctimas de todo tipo de sensaciones placenteras y dolorosas, acerca de las cuales no podemos hacer nada. Lamentablemente, este tipo de vivencias se repiten muchas veces durante la vigilia, hasta que adquirimos el hábito de creer que nuestra intervención es absolutamente inocua al medio, que nada importa. Cuando aceptamos la idea de que las instituciones pueden ocuparse de tomar decisiones por nosotros, por ejemplo, estamos durmiendo, porque nuestra voluntad permanece ausente. Así, los pueblos sin voluntad son dominados fácilmente y reducidos al estado de esclavitud, donde duermen el sueño de la salvación (que viene desde afuera). Muchas instituciones ejercen influencias somníferas sobre las personas para tomar posesión de su poder personal (el que todos tenemos como atributo natural de la vida). Y la única razón por la que aceptamos estas condiciones de existencia es por nuestra tendencia a escapar de los fenómenos que nos resultan implacenteros. La aceptación consciente y vigílica de la vida, nos exige asimilar todas las responsabilidades que le son inherentes, y una de ellas es afrontar y vencer los obstáculos. Vigilia se asocia a "vigilar" y esta es la única actividad que puede impedir que entremos voluntariamente a la bolsa de los vencidos. Tal vez no haya personas u organizaciones que se proponen mantenernos dormidos; pero es bien cierto que al dormir les facilitamos las cosas a muchos que se benefician de ello. El universo no es ilusión, pero muchas veces lo es la idea que tenemos de él. No hay hombres dormidos en las filas de los hombres libres.
Carolina, Puerto Rico, marzo del 2004
exclusivo para «S.O.S. Psicólogo»
|
|
Juan Carlos Laborde
|