Aquí estamos, siempre juntos.
De este lado del velo proponiéndoles sentirse niños y jugar. La vida es juego, se suele decir, por ahí. Y ese juego es la niñez actualizada. Una niñez para uds en la que en general todo es posible. Una niñez, en general, en la que el asombro es vivir siendo intrépidos, potentes, con coraje. Si el coraje de inventar, de conocer, de explorar. Una niñez en la que hacerse amigos es natural y simple. La vida es un juego. Les proponemos recuperar la mirada inquieta de la niñez. Les proponemos que sean hiperactivos del descubrimiento. Del descubrimiento de mundos posibles y continentes diversos. Recuperando la soberbia del "si puedo". Esa soberbia que en verdad es el derecho a existir siendo quienes son. Esa niñez que se enuncia "yo soy el-la que yo soy". La vida es juego, si. Un juego que trae premura por conectarse con los sueños y fantasías que provienen de la memoria celular de un mundo interno poblado de imágenes ancestrales anidadas en sus cuantiosas vidas antiguas y paralelas, pero siempre actuales. Imágenes emanadas por vuestro cuerpo que les habla desde diversas sintonías, en registros múltiples, táctiles, olfativos, visuales gustativos, auditivos. La vida es un juego. Un juego que permite la igualdad de lugares para todo niño o niña del planeta azul. A veces uds hablan de omnipotencia infantil. Una omnipotencia que es el disfrute de crear, de inventar, de probar, de ser cómplices de la aventura de instalarse en ese diseño humano que les permite abrir el alma al cuerpo. Diseño humano que les brinda la capacidad y la posibilidad de alinearse con las capas sutiles de vuestra experiencia y de vuestro libre albedrío. Diseño humano cuántico. Diseño humano de potencialidades a vuestra disposición, si sienten y comprenden y viven la niñez permanente a través de vuestro andar. La vida es un juego. Si, esa niñez que pueden recuperar en el encuentro de las energías femeninas y masculinas produciendo una amalgama de aventuras que producen y configuran el artista que cada uno de uds es. La vida es un juego. Vuestra divinidad humana muchas veces acorralada por sentimientos de vergüenza y humillación tiende a asomar por instantes, siempre. La vida es un juego. Esa niñez que tiene tiempo de escucha para esos instantes en los que la divinidad humana se asoma para instalarse en la amistad con uds mismos y con los demás. La vida es un juego Esa niñez que descifra el lenguaje del amor, del perdón, de la sinceridad, de la alegría. La vida es un juego en la niñez que vive en la abundancia de creaciones, de libertades, de aprendizajes, de movimientos, de sueños y ensueños. El multiverso es un juego, el planeta azul es un juego. Un juego creador en el que todo ser viviente tiene lugar y derecho al disfrute de su niñez. Nuestra comunicación es para recordarles que sigan poblando el planeta azul con esa niñez artista que se iguala en la amistad, en la bondad, en el permiso a existir. En el multiverso, esa niñez creadora existe y hay lugar para todo ser viviente, creador, artista, multifacético, hacedor de inventos y fantasías. Esa niñez instalada junto a nosotros en la ronda infinita esculpiendo la expansión. Siempre juntos, |
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Rut Cohen
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Cuando era chico, tenía un amigo de mi misma edad, que sobresalía por su capacidad de transmitir
seguridad, amabilidad y simpatía. Me preguntaba cómo hacía él para tener esa personalidad cuando yo era tímido y apenas
me comunicaba con mis compañeros. La respuesta la sigo buscando, con alguno que otro dato adicional, pero la
magia que acompaña a algunas personas no puedo explicarla, salvo que empiece a buscar en aspectos religiosos,
por ejemplo en el cristianismo el tema del carisma es tomado como un don que se imparte desde la divinidad
para manifestarse en este mundo con algún objetivo especial.
Y realmente he llegado a pensar que en sus bases, una personalidad carismática posee fuertes influencias espirituales o divinas. Algo de eso no puede negarse, ya que una actitud optimista y generosa de la vida tampoco puede explicarse con argumentos psicológicos solamente ya que por ejemplo la generosidad nacida desde un sentimiento no creo que se deba a un proceso mental, sino a que hay algo más detrás de ello. La grandeza puede inculcarse de muchos modos intelectuales, por ejemplo que debemos ayudar al prójimo y ser compasivo, pero de allí a que se actúe con total convicción y certeza en ese sentido hay un trecho largo que recorrer o bien un don que hay que tener. Ante una personalidad carismática llegue a pensar "él ya es así" como para justificar que un don tan codiciado sea privilegio de unos y no de otros. A pesar de ello sé que muchos intentan modelar a las personas carismáticas para poder imitarlas y transformarse en seres también privilegiados, pero dudo mucho que sea posible lograr todas las capacidades cognitivas involucradas como para llegar a ser un carismático, "hecho y derecho" sin modificar básicamente su actitud espiritual. Sin embargo recuerdo que en una oportunidad, yo estaba cursando el último año del nivel secundario de la educación en Buenos Aires y tuve un período de unos meses en que me sentía muy a gusto conmigo mismo. Me invadía una gran paz y ante todo transitaba una época en que creía que todo me era posible. Todos los caminos estaban abiertos para mí. Podía elegir ser médico, como bombero o conductor de camiones y todo eso sabía que podía lograrlo. Todo el futuro era fresco y luminoso para mí. Y esa gran combinación de paz interior y potencia proyectiva hacían una amalgama que se manifestaba en el mundo con una potencia difícil de ocultar. Donde quiera que fuera, era bien recibido, con sonrisas y regocijo. Cuando hablaba todos me prestaban atención y podía palpar el ambiente alegre y entusiasta que generaba. Todos mis amigos me seguían y también otros que se acoplaban a la buena onda que se generaba en mi entorno. Toda esa potencia que sentía por dentro de algún extraño modo se manifestaba en el exterior. Durante esos meses que duró este estado, todo funcionaba perfectamente, mis relaciones y mis tareas. Todo me daba las señales de que mi mundo de posibilidades era infinito y potencialmente feliz. Este estado fue menguando con el tiempo, pero me queda el agradable recuerdo de haberlo vivido, y de saber que a pesar de que puedo narrar en qué consistía dicho estado, sé que había algo "extra" que provenía de una fortaleza espiritual que sentía y se manifestaba en mi cuerpo y que no provenía de la mente, sin duda, sino de algo superior que "canaliza" a partir de una actitud que tal vez sí pueda ser interpretada ex profeso con el fin de lograr un estado. La emoción que acompaña a un estado como el relatado me parece que es el ingrediente mágico que permite lograr el control de lo que va mas allá de lo físico y de lo mental. Es el componente "estrella" por el efecto que genera. Es el "fuego de artificio" que ilumina todo el entorno de la persona carismática. Diría que cuanto mayor la sensación interna de potencia y poder de la persona que lo porta, mejor es el resultado de atracción que genera alrededor. El tema es lograr y mantener esa convicción y sentirla en lo más profundo del ser como para que esa fuerza surja desde la energía más profunda que tenemos y se expanda hacia el exterior con coherencia y energía. Tal vez todos podamos llegar a tener momentos en que podamos manifestar el potencial de ser carismáticos. Tal vez algunos puedan llevar una vida con certezas profundas y puedan expandir su influencia hacia todos los que lo rodean. Tal vez necesitamos más personas carismáticas con fines espirituales y no solo con fines materiales, como para involucrarnos en un destino más prometedor para los humanos y el desarrollo de una conciencia más despierta y bondadosa. Seres que sientan en lo profundo de su ser que la humanidad puede evolucionar y que podremos lograr todo lo que nos propongamos, que podremos vivir en paz interior, y con el poder de dirigir nuestras vidas hacia la felicidad, de manera que nosotros podíamos ser influenciados por ellos y también aprender el camino del crecimiento, el poder y la felicidad. |
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Licenciado Alejandro Giosa
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Mucha gente habla sobre el carisma sin tener clara su definición o el origen de la palabra, y en cuestión de
seducción es una habilidad esencial que podemos desarrollar, aunque en realidad el carisma nos sirve para absolutamente
todos los aspectos de la vida, pero ustedes se preguntaron alguna vez.
¿Que es exactamente el carisma? El carisma es la capacidad de proyectar en los demás una imagen positiva susceptible de influenciar. Es decir, se trata de aquel conjunto de factores que hacen que la primera impresión, que muchas veces puede ser la definitiva, sea a nuestro favor. Cuando alguien entra en una habitación y todo el mundo percibe su presencia como la de alguien importante, más interesante o mejor se dice que esa persona tiene carisma, quien es capaz de liderar sin esfuerzo y hacer oír su opinión, e incluso hacer que los demás se ciñan a sus deseos sin demasiados rodeos, hablamos sin duda de alguien que tiene ese don, el carisma. El Carisma en acción El carisma es una serie de cualidades y características concretas, entendibles y mensurables, de forma que es posible identificar quien lo tiene y quien no. Obviamente las personas famosas, excepcionales por su belleza, riqueza o fama tienen montones de carisma y seguidores, pero la pregunta clave aquí es "¿Sería posible tener ese poder siendo una persona corriente?" Por supuesto que si. Por que funciona en base a tu personalidad, a tu estilo de vida, tus creencias y en aplicar aquello que funciona mejor para crear el efecto preciso en los demás. Pero primero debemos entender y saber diferenciar quien tiene magnetismo personal y quien no. He aquí algunas características esenciales que tienen en común todas las personas carismáticas: Suelen caer bien a la mayoría de la gente: no se puede gustar al 100%, pero las personas carismáticas saben ganarse incluso a quienes son reticentes con ellos de primeras. Influyen en los demás: tanto para pequeños favores personales como para ascensos profesionales, seducir, ganarse a profesores, jefes Gracias a que saben como pedir las cosas y girar la situación a su favor los demás cumplen sus peticiones sin contestar. Suelen parecer mucho más atractivos físicamente de lo que son. Tienen mucho morro y desparpajo: conseguir lo que se proponen y tener capacidad para poner las cosas a su favor hace que tengan una confianza en si mismos/as superior a la media, por lo que siempre tienen anécdotas interesantes y divertidísimas que contar. Son leyenda: al hacer siempre lo que los demás no se atreven tienen una fama que les precede. Son la comidilla de la clase, aquellos de quienes se cuentan anécdotas en un trabajo años después de dejarlo. Si cuando te presentan a alguien te dice "ya he oído hablar de ti" seguramente tienes potencial carismático. Y tu ¿conoces a alguien con carisma? ¿Concuerda con esta definición? |
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Prof. Carla Manrique
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