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Doctora E. Graciela Pioton-Cimetti
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La sinestesia asocia una percepción sensorial a una percepción abstracta: En mi caso los números por ejemplo el 19 evoca en mi los
mejores momentos de mi vida de mujer porque yo me casé dos veces el mismo día: 19 de Mayo que era la fecha del casamiento de mis tíos 20
años atrás.
Ellos constituyenron para mí la pareja modelo que yo reconozco como importante en mi vida y en mi formación. El numéro 19 despierta en mi reconocimiento ferviente. El 6 de septiembre fue el aniversario de mi padre y de mi marido, el 18 de diciembre es el mío y el de mi nieto Mathieu el hijo mayor de mi hija mayor y el 23 de septiembre es el de mis dos hijos varones Guillermo y Mario con 7 años de diferencia. *** Tengo el mayor reconocimiento para mi vida porque yo hice todo de tal manera que mi organización y sentido de la realidad me han permitido y permiten de comenzar, continuar, terminar y mantener mis proyectos. Pero fue gracias a mi padre y a mi tía que fueron ejemplares que yo pude hacer tantas cosas y que con pasión continuo a hacer. Hay un solo tema en mi vida que mi ha costado resolver y nombrar, y es mi destino de mujer y de esposa, dos veces viuda. Naturalmente reconozco los beneficios de mis casamientos. El primero me aportó mis hijos, cuatro maravillas, el segundo la formación complementaria, la vida social, la fuerza para dar lo mejor de mi a otros. Hoy 23 de octubre no evoca nada para mi pero es importante porque está siendo el día de mi despertar y encontrar respuestas. Necesito que sea un día diferente de respuesta a este problema fundamental de mujer sola escribiendo sobre el reconocimiento. La cuestión de reconocimiento fundamental es a Dios. Es a él que yo reconozco y agradezco por las gracias otorgadas. Mi primer marido fue tan infiel, y me pegaba delante de mis hijos que su comportamiento me llevo a confiar en mi misma. Primero sufrí mucho, pero aprendí a actuar sola lo mejor posible a partir de mis principios fundamentales: control, disciplina, horarios y voluntad. Romanticismo inútil, pero yo lo conocí cuando tenía 14 años y me casé antes de los 20. Después trabajé, estudié y tuve 4 hijos. *** El segundo marido era mentiroso, pero fue mi gran amor. Su muerte no atenuó mi amor por él. Lo reconozco porque aprendí que solo es la verdad lo que cuenta. Luego yo no miento. Pero otra vez afirmo que mi padre, un hombre fiel y que no mintió es mi modelo, siempre vivo, él dirige mis pasos y yo me he convertido en alguien de calidad y honesta. Me reconozco hoy día como siendo el maestro de mi vida. Y gracias Dios por enseñarme tu camino y mostrarme la diferencia entre la voluntad ordinaria y la voluntad objetiva y conciente. Me observo en situación y me acuerdo con mi control, mi disciplina y mi disponibilidad siempre abierta a la duda. *** Digo siempre que si el cuadro de nuestra vida presente es el mismo de nuestra vida pasada: el futuro no existe como camino de vida complementario y constructivo. Corrijo todo lo posible en este presente único que existe y en el cual estamos vivos. *** Hay personas y cosas que se han perdido en mi pasado. Son asuntos y gente a olvidar. Estoy reconocida por los espacios vacios que esas experiencias me han dejado. *** Sigamos adelante. La noche llega. La amenaza de una violenta ola de calor ha pasado. Diciendo esto pienso a los mitos extremos y a Levy Strauss. El de Edipo (mito caliente hasta la putrefacción y el mito del Santo Graal, en un invierno glacial) *** Los treinta últimos años de mi vida creo haber hecho lo mejor de mi parte para cambiar el cuadro de mi pasado. No soy yo que ha elegido mi aparente soledad, pero si la realidad de un pasado en el cual tal vez estuve mal acompañada. Estoy reconocida al hecho de ver que se puede cambiar.
Hecho en Paris entre el 23 y el 27 de octubre del 2019.
Es otoño y llueve hoy, gotas largas que lavan la tristeza de los lugares dejados por los que partieron. |
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Doctora E. Graciela Pioton-Cimetti
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Eduardo Baleani, maestro de grado, sociólogo
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La cultura occidental es muy curiosa. Tiene agentes de culturización, tiene valores religiosos, tiene control sobre los objetivos culturales
que pretende consolidar, sin embargo no llega a ser coherente ni en sus objetivos ni en sus procedimientos aglutinantes. Los valores no se aplican en
la educación y los dogmas fueron paulatinamente separados de los valores.
Ni siquiera en los temas más trascendentes a nivel filosófico, aceptados por todas las filosofías y religiones, se logró el consenso como para incorporarlo en la cultura. Muchos argumentos entrarían en esta referencia, por ejemplo la cuestión de la honestidad y su contrario, la cooperación y su contrario, el egoísmo y su contrario, la violencia y su contrario y a si podríamos seguir enunciando. Desde que existen grupos que pretenden dominar a otros o la más reciente modalidad capitalista de dominación por el poder monetario, los valores no se pueden sustentar. Pueden pretender que los valores se intenten imponer a un grupo (las minorías) pero cuando los que dominan no pueden hacer lo que dicen la cosa se complica y todo se desbanda. El modelo de acumulación material que domina estas sociedades permite la manifestación de escenarios de opulencia, en los que es mostrada la riqueza en forma deliberada para demostrar la importancia personal a la que han llegado los manifestantes de esa riqueza. Y así se realiza la transposición de algo material a un valor espiritual que evidentemente está falseado. Así es como culturalmente lo único que queda de todos los valores morales y espirituales es solo una turbia demostración de algunos atributos materiales en lugar de las virtudes que pretenden demostrar. Pretendemos reconocimiento por lo que tenemos y no por lo que logramos en aspectos espirituales. Por eso somos soberbios y reclamamos reconocimiento por lo que mostramos. Y lo único que se puede mostrar es lo material, ya que lo espiritual solo admite la demostración a través de los actos. Y de esa forma nos engañamos y nos confundimos todo el tiempo. Aprendimos a creer que tenemos que mostrar nuestra valía a través de actitudes firmes y apariencia segura, a vestir bien y mostrar prolijidad y abundancia material. Y llegamos a creer que somos mejores que otros, y cuando llegamos a ese punto dejamos de ver y apreciar los verdaderos valores de la gente que nos rodea y la gente que amamos. De esta forma transformamos todo lo que nos rodea en objetos a los que hay que conquistar. De esa forma nos encerramos detrás de esa imagen que generamos y no nos permite ver hacia fuera del mundo. Estamos en estado autista. Cuando tomamos conciencia, si es que llegamos a ese estado, nos debería generar mucha tristeza la actitud cerrada que tenemos por todo lo que nos impide vivir de la vida. Pasamos nuestros días sin apreciar el valor de los logros de las personas que tenemos al lado, de sus penurias y de sus alegrías. Nos perdemos las vivencias de los otros y las nuestras por prestar atención a las cosas, a lo material. Pocas veces reconocemos lo bueno del otro, ni lo malo si no nos afecta. Estamos encerrados en la burbuja del desconocimiento del otro y en consecuencia o por "acostumbramiento" del desconocimiento de nosotros mismos. El reconocimiento es el descubrimiento del conocimiento que dejamos pasar por alto. Re conocer es volver a conocer. Es considerar de nuevo lo que no tuvimos en cuenta antes. Aprendimos de muy chicos a valorar lo material, dejando de lado todo un mundo de vivencias y experiencias personales y transpersonales que nos darían una sabiduría acorde a nuestras capacidades espirituales. No se si lo lograremos, porque hay gente con poder que inventa "pasatiempos" para que nos ocupemos de ciertas cosas y no percibamos otras. Ellos tienen el dinero y los "ingenieros" que saben muy bien como entretenernos, e inculcarnos la cultura que les es propicia para sus egoístas negocios que llevan a cabo a costa nuestra. Espero que algo les salga mal a las elites dominantes, para que podamos despertar a otras vivencias que nos alejen un poco de esta organización cultural engañosa y asfixiante. |
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Licenciado Alejandro Giosa
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