Para ilustrar el tema “Familia y patria”, propongo el artículo de Graciela escrito en 2002 sobre el tema “Trabajo y familia”, porque el trabajo se refiere a la organización de una sociedad, con una distribución de actividades para la producción de bienes o servicios donde cada persona realiza su tarea libremente aceptada al término de un contrato social (“contrato” según el cual el hombre trabaja y a cambio la sociedad asegura la protección y el bienestar de todos sus miembros).

Desde marzo de 2024, se creó una nueva sección: "Acerca de Jung", con el fin de profundizar en el pensamiento y la obra de Graciela, quien dio a conocer el pensamiento junguiano en Francia en los años 1970. El tema tratado en este número es la “psicología junguiana”: Introducción a la psicología junguiana (Graciela Pioton-Cimetti de Maleville).

La cita de Jung pour este número:

“Hasta que no hagas consciente lo inconsciente, este dirigirá tu vida y tu llamarás destino.”



La familia, se podría decir que es la primera organización social, en pequeña escala. Lo primero que se constituye es el grupo familiar, muy estrecho y amoroso, cargado de emociones, protecciones y compenetración entre sus miembros. De esta conformación básica y con la unión de mas familias se constituiría la sociedad y un poco mas organizadamente la patria.

Es una buena forma de reflexionar sobre nuestra sociedad ver este desarrollo citado, porque nos permite tener una idea de cuanto estamos o no distanciado de la idea original de estar juntos y para qué.

La fase mas natural, que es la familia en todo este conglomerado gregario que somos como sociedad, tiene características que rondan alrededor de la necesidad, la amistad, la sexualidad, la compasión, la generosidad, la tolerancia, la justicia, la empatía, la diversión, el gozo, la tranquilidad, la seguridad y sobre todo el amor.

Lo más probable es que estos atributos se hayan mantenido en las sociedades pequeñas, conformadas por pocos habitantes, y si acaso esas sociedades pudieron organizarse de modo de erigirse en patrias, tal vez fueron o son de muy pocos miembros y de fácil gobernanza.

Pero con el tiempo y el aumento del numero de participantes, está a la vista, que las cosas cambiaron, y me parece que mucho.

Si tomamos la mayoría de las sociedades actuales como elementos de análisis, creo que pocos atributos de los descritos para la familia elemental se conservan en estos conglomerados.

Hoy las sociedades están organizadas de acuerdo a las necesidades de sus miembros y estas constituyen la fuente de su organización. Lo que la sociedad necesita para mantener su organización es una cierta oferta y demanda relacionada con los roles que tenemos como aportantes de los recursos que brindamos a la organización social. Por eso los que no encajan en este comercio de roles quedan excluidos, con las consecuencias personales y sociales que ya conocemos.

Los que sí encajamos con un rol social establecido, nos ajustamos a las normas y cumplimos con nuestro aporte al conjunto.

Pero sin tener en cuenta a los excluidos, ya con analizar a los que nos ajustamos a los requerimientos sociales, nos damos cuenta que no corresponden a los lineamientos que desempeñamos en los roles que tenemos en nuestro entorno familiar,

Nos hemos distanciado de la esencia. La familia y la sociedad hoy no manifiestan lineas paralelas. Si esto fuera así, sencillamente no habría mucha posibilidad de estar excluidos, ni de perder el sentido del estar juntos. En la familia sabemos que estamos juntos por la necesidad de apoyarnos mutuamente, por la protección que nos brindamos. En la sociedad y entre nosotros, sin tener en cuenta las fuerzas publicas, que pueden proteger o no, no nos cuidamos. No hay amistad ni compasión ni generosidad. No hay empatía y cada vez menos diversión y gozo grupal. Estamos todos como enfrentados y esperando que el otro tome ventaja sobre nosotros y nosotros a la defensiva y al ataque para que ello no ocurra.

Y si fuera poco para que todo el conjunto social se distancie más del origen, está la conformación de los estados, que lamentablemente creo que siempre se alejaron demasiado de los valores familiares que nos unieron al principio. Las ansias de poder y el gozo por ejercerlo, llevaron a los gobiernos a establecer limites geográficos y delimitaciones de todo tipo entre los grupos sociales, lo que provocó que los egoísmos particulares de los grupos gobernantes, se constituyeran en dominadores de masas humanas, con la intención de controlarlas en su propio beneficio. Sino no se explican las monarquías ni hoy los grandes grupos económicos que tienen más poder que los gobiernos y controlan de todas las formas posibles a los grupos humanos y sus recursos.

Nos transformamos en el equivalente de una familia en la que el padre y la madre solo pretende su conveniencia particular y para ello somete a sus hijos a condiciones de casi esclavitud par obtener beneficios personales. Estas países actuales no se parecen mucho a la idea de familia ideal de la cual partimos.

Patria, sociedad y familia. Me pregunto si hay todavía posibilidad de volver al origen...

Licenciado Alejandro Giosa



Aurora
“Es la Bandera de la Patria mía,
Del sol nacida,
Que me ha dado Dios.”

He querido comenzar citando los versos de la canción a la Bandera de la Nación Argentina, canción con la que cada mañana los niños, en Argentina, abren la jornada diaria en la Escuelas al izar la Bandera como inicio de la jornada de aprendizaje.

En la función del 29 de Septiembre del corriente año, en el Teatro Colon de Buenos Aires, se presenta la Opera Argentina, “ Aurora” de Hector Paniza, autor que rinde homenaje al periodo de Emancipación en Mayo de 1810, del pueblo contra las autoridades coloniales españolas, que dominaban en las territorios de América.

La Canción Aurora, surge del sentimiento de Libertad , de los españoles nacidos en América, “Criollos“ y de los habitantes naturales, que cantan a la Bandera de la nueva Nación, que está surgiendo.

En la Función del 29 de Septiembre, el público presente ovaciona al escuchar “ Aurora “, en ese momento, el elenco invita a cantar juntos.

El publico todos de pie, comienzan a cantar, con gran emoción….

Esta experiencia en un teatro que pasa de ser Espectador a Actor, cantando a la Patria que nace... es la “Aurora de la Patria mía “…. es la expresión a que me querido referir, para tratar el tema “Patria“.

Esta emoción que surge del corazón, de lo más profundo del ser interior, hacia uno de los símbolos más representativos, que son las Banderas patrias.

Las Banderas se llevan en las batallas, en las luchas de los pueblos, que unidos bajo el mismo ideal, defienden los territorios, la tierra que brinda el sustento y vida, la historia del pueblo presente, la herencia y la cultura.

La familia es también la herencia recibida, los recuerdos conscientes e inconscientes, que se traen desde la concepción intrauterina, desde el profundo misterio de la cadena genética.

Somos la conciencia presente de un pasado que se transmite en forma sagrada y misteriosa, en nuestros genes.

Traemos una historia que cobra vida en nosotros y nos marca, condiciona, nos permite afrontar lo inesperado, el mañana, las vicisitudes, la vida....

Somos la familia humana, nos unen las luchas y placeres, de nuestro existir.

Es un tiempo que se vive en comunidad, con el presente y los otros, y que nos hermana en el concepto de Patria, en el aquí y ahora.

En nuestro hoy, en vida digital, la irrupción de los avances tecnológicos y científicos, traen una nueva dimensión… hacia los otros pueblos del mundo.

Hoy se vive en más de un espacio, el propio y el del otro.

Hoy, un hecho se transmite en el mismo momento, se expande.

Los tiempos de evolución de cada pueblo son compartidos por los otros.

Los avances en los nuevos derechos adquiridos, como la libertad de género, la igualdad de los derechos de la mujer, las luchas por la invasión de los territorios, los peligros de la contaminación, “la pandemia del corona virus“, las migraciones en busca del progreso, de la libertad y muchos más, son producto de la evolución de las Sociedades, y de una “conciencia Colectiva” del tiempo presente.

El concepto de Patria y Familia, ha tenido como desafío el incorporar,- producto de las migraciones y del crecimiento del intercambio comercial entre Naciones- el idioma y las culturas de los migrantes.

Los gobernantes y funcionarios públicos, tienen el desafío de elaborar políticas de integración e intercambio, con las nuevas poblaciones de migrantes, en cada país, y con las otras Naciones.

El presente evoluciono de poseer fronteras cerradas y delimitadas a un mundo interdependiente a bloques de países, de regiones.

El espacio y el tiempo, han cambiado, se puede palpar las alegrías y sufrimientos, en cada punto del planeta.

En la vida diaria y como producto del intercambio, los idiomas han incorporado palabras que son producto de esta transformación de la vida aislada a la vida global.

Es frecuente participar en cada país, de los acontecimientos de la vicisitudes del otro. Recientemente el 7 de Octubre, en Buenos Aires, se realizo una marcha de protesta por el ataque y matanza de Hamas en Israel.

Las imágenes y la toma de rehenes, denunciadas internacionalmente, son acontecimientos que lastiman a la humanidad. Las atrocidades denunciadas no han tenido comparación con ningún acontecimiento bélico pasado.

Las consecuencias de la guerra entre Ucrania y Rusia, pueden poner en peligro, a Europa, como también han influido en los cambios en la economía mundial, y en los precios de la energía y alimentos.

Debemos reflexionar sobre el sentido de la Evolución que antes comentado, rogando por la paz, en las naciones en guerra y por sanar las heridas de las familias en duelo.

Norberto Mercurio



La relación entre familia y patria a menudo se considera estrechamente vinculada, porque ambos representan entidades fundamentales que dan forma a la identidad individual y colectiva. La familia, lugar primero de educación, transmite valores, tradiciones y una cultura que refuerzan la pertenencia a la patria, es decir a una nación o a un país.

En muchas culturas, la patria es vista como una extensión de la familia, un lugar de protección, solidaridad y continuidad. La familia enseña a las generaciones siguientes el amor y el respeto por la patria, creando con ella un profundo vínculo afectivo. A su vez (Igualmente?), la patria puede verse como un protector de las familias, proporcionando un marco legal, económico y social que garantiza su bienestar y seguridad.

Sin embargo, esta relación también puede ser conflictiva, por ejemplo cuando los intereses de la familia y los de la patria divergen, o cuando el Estado impone decisiones difíciles a las familias, particularmente en tiempos de guerra o crisis económica.

En resumen, la familia y la patria son dos pilares interconectados que contribuyen a la formación de la identidad de un individuo, siendo al mismo tiempo fuentes de apoyo mutuo, pero también a veces de tensiones.

Jacqueline de Pierrefeu



Intentar llevar las ideas y conceptos junguianos a los planos sociales es tarea difícil. Jung se preocupó siempre por el hombre concreto y su psicología – de fuerte raíz empírica – es de corte práctico no académico. Sin embargo, el estudio de una personalidad concreta lo llevó indefectiblemente a considerar el transcurso psíquico del individuo en función del contexto social de pertenencia. Así, superó las limitaciones de una terapia individual.

De lo anterior se desprende que llega a una concepción unitaria de la personalidad donde actúan sincrónica y funcionalmente, aunque sin preeminencia jerárquica, la biología, la cultura, la religión y la historia.

En cierto sentido, la obra de Jung es como un río que se desborda de su cauce natural ; así, no puede contenerse dentro de la esfera psicológica, sino que se desliza por los terrenos adyacentes de las ciencias sociales. La expresión « desbordar » o derramarse da la idea exacta de este fenómeno, pues al franquear los confines de la psicología propiamente dicha, Jung no lo hace respondiendo a una tendencia natural en él. Frecuentemente ha manifestado que hubiera preferido no tener que ocuparse de situaciones sociales, pero su comprensión de los fundamentos históricos de la personalidad individual y, en particular, de la confusión psicológica de nuestro tiempo, le obligó a hacerlo2.

Entendió que :

« Quien quiera comprender a los seres humanos, deberá colgar la toga doctoral, decirle adiós al estudio y echar a andar por el mundo con el corazón abierto. Allí, en medio de los horrores de la prisión, del asilo y del hospital, en las tabernas, en los burdeles y garitos, en los círculos elegantes, en la bolsa, en las asambleas socialistas, en las iglesias y en los conventículos de las sectas, a través del amor y del odio, a través de la experiencia de la pasión en carne propia, en toda forma encontrará un caudal de conocimientos mucho más rico que el que puedan darle voluminosos libros de texto. Entonces, verdaderamente conocedor del alma humana sabrá cómo curar al enfermo3. »

Comentando este pasaje expresa Progoff que si hacer ésto y visitar estos lugares es absolutamente indispensable, ello no se adapta, por cierto, al gusto ni a la mentalidad de un respetable ciudadano suizo a cuya categoría pertenece, en definitiva, gran parte de la cultura de Jung4.

Al encarar las proyecciones sociales del pensamiento de Carl Gustav Jung asumo una grave responsabilidad, pero, al mismo tiempo, cumplo con un compromiso interior de larga data. Hace ya muchos años – más de quince – que estoy estudiando los caminos abiertos en las ciencias sociales por el pensamiento de este pionero de la psicología profunda para hacerlo conocer en Argentina así como también en América latina.

Este trabajo tiene otro objetivo, no por menos personal es de menor valor afectivo, aspira a ser un homenaje al Dr Carl Gustav Jung en el centenario de su nacimiento.

Buenos Aires, 1975

1 : Capitulo « Introducción » de « Aspectos psicosociales de C. Gustav Jung », E. Graciela Pioton-Cimetti de Maleville (Thebookedition, 2010).
2 : Progoff Ira : La psicología de C. G. Jung y su significación social, Ed. Paidos, Buenos Aires, 1967, pág. 24.
3 : Jung C. G. : Dos ensayos sobre psicología analítica, en obras completas, Ed. Routledge y Kegan Paul, London, t. VII, pág. 2.
4 : Progoff Ira : La psicología de C. G. Jung y su significación social, ob. cit., pág. 25.
Graciela Pioton-Cimetti de Maleville



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